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SIN CONCESIONES

Zapatero es como Franco

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión23-11-2009

Puede que al presidente del Gobierno le entren ganas de querellarse contra este humilde periodista por el mero hecho de escribir en una misma oración su nombre junto al del caudillo Francisco Franco. Para nada pretendo llamarle dictador. Si algo bueno tiene Zapatero es que cree como pocos políticos en la fuerza de las urnas, aunque luego entienda el poder como un cheque en blanco para hacer lo que le plazca. Zapatero se parece a Franco en el sectarismo ideológico y en sus imposiciones culturales. Ha cambiado la Sección Femenina por el falso igualitarismo de Bibiana Aído y ha sustituido el Catecismo en los colegios por el laicismo de Educación para la Ciudadanía. Son el mismo perro autoritario y partidista pero con distinto collar. Mas aún hay otra circunstancia en la que Zapatero ha calcado a Franco para desgracia de todos los españoles. Podría haber aprendido de la historia pero ha preferido dejarse llevar por su buenismo pacifista que no pocas desgracias ha traído al país en anteriores ocasiones. Con el secuestro del atunero Alakrana, el Gobierno de Zapatero se ha comportado como el régimen de Franco cuando el dictador agonizaba en cama durante los últimos días sombríos del franquismo. Fue entonces cuando el Rey de Marruecos aprovechó la debilidad política e institucional de España para lanzar la popular Marcha Verde sobre el Sáhara y adueñarse de la colonia hispana. Miles de civiles enviados por el monarca Hassan II saltaron la frontera y se apoderaron de lo que no era suyo sin que los militares allí desplegados movieran un dedo. Nadie daba la orden de actuar porque nadie estaba capacitado. Zapatero no está entubado en el lecho de muerte, como le pasaba a Franco, pero tampoco ha hecho nada para responder al desafío de los piratas que han secuestrado el Alakrana. Les entregó los 2,3 millones de euros del rescate y les dejó marchar en sus embarcaciones tal y como habían llegado. En el mejor de los casos, si creemos la versión del Ministerio de Defensa, sólo dispararon unos tiros, más con fines disuasorios que con la intención de detener a los secuestradores. Por supuesto, a nadie se le ocurrió abrir fuego para matar a los captores y recuperar el dinero que no se sabe de dónde ha salido. El Ejército no está para eso, Zapatero sólo lo quiere para hacer la paz, aunque sea consigo mismo. El mensaje es aterrador. Los piratas han aprendido que secuestrar a pescadores españoles resulta muy rentable y nada peligroso. No tardarán en volver a repetirlo. A los militares se les ha transmitido el mensaje de que no sirven para nada más allá de tareas de viligancia. Los hermanos mayores de los piratas, los verdaderos terroristas de ETA o Al Qaeda, han comprendido cómo hacerle daño al Gobierno y cómo chantajearle. Ya les funcionó con el 11-M, que forzó la retirada inmediata de Iraq nada más llegar Zapatero a La Moncloa. Incluso, seguro que Marruecos también ha tomado buena nota del modo en que se ha resuelto el secuestro. Ahora sabe con certeza que tiene en frente a un presidente débil, cobarde y maleable al que puede amedentrar. No es tan diferente de Franco cuando agonizaba y eso es un peligro para España. Cuando se vaya, Habrá que recuperar la fortaleza institucional de la Transición.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito