ORIENTE PRÓXIMO
Livni contra Netanyahu: las dos caras de la derecha israelí
Por LaSemana.es
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Internacional15-02-2009
Pase lo que pase en las próximas semanas en Israel, lo cierto es que la política del país abrirá una nueva etapa tras Ehud Olmert. Las negociaciones entre los diferentes partidos con representación en el Parlamento decidirán quién ocupará el puesto de primer ministro en los próximos años, si la opción de renovación y moderación de Tzipi Livni o la del guiño al pasado y la dureza del Likud, encarnada en Benjamin Netanyahu.
Analizar a la carrera política de Tzipi Livni es echar un vistazo a la carrera de una mujer que se ha labrado una imagen de "dura" siempre en el nido del gran halcón Ariel Sharon, y que sería la segunda mujer que alcanza el cargo de primera ministra en Israel. Livni fue teniente y miembro de los servicios secretos judíos, el Mossad. Su entrada en política no se produjo hasta 2001 de la mano de Sharon en el partido Likud -formación que tradicionalmente es calificada por occidente como "ultra" y que había disputado a lo largo de 40 años el control de Israel frente al laborismo con escaso éxito, salvo con los paréntesis de Beguin-Shamir y Netanyahu-. Livni fue elegida diputada para más tarde desempeñar el cargo de ministra de Inmigración, posteriormente Exteriores y hasta viceprimera ministra. Parecía, pues, que Livni seguía en el Likud los mismos pasos que Golda Meir en el laborismo cuatro décadas más atrás. Una de los primeros gestos de Livni fue ser la primera dirigente del Likud en asistir a los homenajes al histórico dirigente laborista Isaac Rabin. Pero toda la imagen de "intransigente" de Livni y del propio Sharon quedó disuelta cuando ambos elaboraron el plan de paz con la retirada de Gaza, que indignó al ala dura del Likud. Ante el bloqueo, Sharon, Olmert, Livni y otros pesos pesados rompieron con el Likud y fundaron su propio partido: Kadima. Partido que, electoralmente, fue duro para el laborismo (que perdió a destacados dirigentes como Simon Peres), pero demoledor para el Likud. Kadima exitosamente se hizo con el poder desequilibrando el tradicional bipartidismo e intercambiando una política de acercamiento con los palestinos con una firmeza de eliminación del "enemigo" que encabezó el ministro Shaul Mofaz, al acabar con los líderes de Hamas, Yassin o Rantisi, y por poco, con el propio Arafat. Todos los dirigentes de Kadima apoyaron aquellas medidas, "Hamas es considerado como un enemigo estratégico de Israel y debe, conforme a este título, ser destruido", dijo entonces la flamante ministra. Con Sharon en estado vegetativo y Olmert manchado de corrupción, Livni sólo tuvo en frente a Mofaz para hacerse con el liderazgo del Kadima y, por tanto, con el Gobierno. Los fieles a Sharon no dudaron en recordar que mientras que Livni apoyó desde el principio su paso al Kadima, Mofaz se lo había pensado durante unos meses. Su victoria fue clara, aunque menos arrolladora de lo esperado. El halcón de la derecha Benjamin Netanyahu simboliza desde hace tiempo el ala dura de la derecha israelí. Nació hace casi 60 años en la ciudad de Tel Aviv en el seno de una familia con fuertes tradiciones hebreas. Su padre fue profesor de Historia Judía y su hermano formó parte de los cuerpos de élite del Ejército israelí hasta su muerte en 1976 en una misión en Uganda. Hoy es considerado un héroe nacional. Por su parte, el ahora candidato a tomar las riendas del Gobierno israelí se formó como tantos otros estadistas israelíes en Estados Unidos, donde se licenció en Arquitectura e hizo un máster en Administración. Poco después de graduarse y en un nombramiento claramente influenciado por la fama que le valió la muerte de su hermano, Netanyahu ocupó brevemente un puesto de responsabilidad en la Embajada israelí en Washington para convertirse en 1984 en embajador de su país ante Naciones Unidas. Allí pasó otros cuatro años, hasta que en 1988 obtuvo por primera vez un escaño en el Parlamento. Fue entonces cuando comenzó una carrera política que parecía imparable, asumiendo la dirección del Likud en 1993 y convirtiéndose en primer ministro en 1996 después de las elecciones anticipadas celebradas por el asesinato de Isaac Rabin. La llegada al poder de Netanyahu en Israel coincidió con una época especialmente convulsa. Tras la muerte de Rabin los ataques suicidas de la resistencia palestina se habían multiplicado poniendo punto final a una época de distensión y ensañándose especialmente con los civiles israelíes. Netanyahu consiguió durante su mandato (1996-1999) frenar en gran medida las actuaciones terroristas palestinas con una táctica simple. El ahora líder del Likud deshizo el camino andado por Rabin y Arafat para la consecución de una solución al conflicto de Oriente Próximo y condicionó cualquier concesión a la ANP a que ésta presentara resultados firmes en la lucha contra el terrorismo. Pese a que la imagen de Netanyahu durante su mandato como primer ministro no fue la de un halcón de la derecha, sus posiciones se radicalizaron después de perder el Gobierno contra Ehud Barak primero, y el liderazgo del Likud contra Ariel Sharon después. Si Netanyahu quería volver a ser el primer espada de su partido necesitaba recabar apoyos internos contra el centro-derecha representado por Sharon, con lo que comenzó a adoptar tesis muy escoradas a la derecha. Así, Netanyahu comenzó a poner en duda la idoneidad de una solución de dos estados para el conflicto palestino-israelí, se dedicó a tildar a Sharon de “dictador” y colaboró a crear el clima de crispación en el Likud que motivó la creación de Kadima en el año 2005. Y es que Netanyahu abanderó en Israel la campaña de oposición por el Plan de Desconexión de Gaza promovido por Sharon, al que acabó obligando a escindir el partido si quería preservar su liderazgo. Así, en ese mismo año 2005 Netanyahu recuperó las riendas de la derecha israelí fustigando al Gobierno de un anterior colega suyo que ocupó la alcaldía de Jerusalén, Ehud Olmert.