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SIN ESPINAS

Confusión y propaganda

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura3 min
Opinión11-03-2007

La manifestación de este sábado ha sido principalmente una maniobra propagandística más a la que nos tiene acostumbrados la clase política. Ahora toca explicar esta afirmación. En el ámbito de mis preocupaciones sociales, nada me gustaría más que el gobierno de Zapatero saliera cuanto antes de los sillones en los que está sentado. Pero tan claro como eso tengo que el fin no justifica los medios. La estrategia del PP y de sus medios afines en esta legislatura ha sido desalojar del poder al PSOE cuanto antes. Y hacerlo a través de un acoso y derribo casi tan flagrante como el que los socialistas y sus medios afines utilizaron para sacar a los populares. ¿Qué significa eso? Qué ambos partidos tienen una altura moral muy corta. Han optado por imitarse en sus malas artes, sobre todo cuando han observado la eficacia y los réditos que a corto plazo les han proporcionado estas actuaciones. El PP, herido desde la tarde del 13-M, considera que toda su acción está justificada por el ventajista e ilegal golpe de mano de Rubalcaba y la Cadena SER durante la jornada de reflexión. La venganza política ha sido el camino escogido por el PP. El ojo por ojo, vencer el mal con el mal. El resultado de todo esto es la ciega espiral de insidias y sin razón en la que ha entrado el debate social y político de este país. Una trifulca continua de la clase política y los medios de comunicación que sólo fomenta y traslada el odio a la ciudadanía y que divide a una sociedad cuyos verdaderos problemas son otros; y ahora este que se está creando. Abomino de la actuación del gobierno de Zapatero con De Juana Chaos y en otras muchas que ha protagonizado desde que lleva en el poder; y considero que el derecho a la manifestación es un logro para garantizar la libertad de expresión en democracia. Sin embargo, considero que todos estos lodos vienen de los polvos de la ambición, de la inmoralidad y de la falta de responsabilidad de nuestros políticos, empresarios de la comunicación y líderes de la opinión publicada de este país. Y como para liquidar un problema es necesario atajarlo de raíz sigo considerando que la macro manifestación del sábado tenía que haber sido una expresión de repulsa contra todos nuestros mandatarios por no cumplir con su obligación. Por no arreglar nuestros problemas con los instrumentos políticos que la sociedad democrática les otorga. La calle es legítima pero también es la prueba del fracaso del Parlamento y contra eso es contra lo que los ciudadanos tendríamos que manifestarnos. Si ustedes políticos no están a la altura para ocupar esos sillones, deberíamos pedir que sean otros los que lo hagan, sobre todo en cuestiones de seguridad e interés nacional. ¿Se imaginan una guerra en la que dos generales de un mismo bando se pusieran a discutir sobre la forma de acabar con el enemigo mientras este aprovecha la situación para avanzar posiciones? ¿No exigirían a sus generales que abrieran los ojos y se pusieran de acuerdo ya? ¿No los considerarían unos ineptos e irresponsables si persistieran en su discusión? La situación actual no es tan alarmante aunque podría llegar a serlo. Sin embargo, aunque los de las propagandas de la confusión se empeñen en complicarlo todo, el problema de los españoles radica en la miseria de “los generales” que están al mando.

Fotografía de Javier de la Rosa