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SIN CONCESIONES

Y por mí el primero

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión14-01-2007

"Por la paz, por la vida, por la libertad y contra el terrorismo". Nunca el lema de una manifestación había generado tanta controversia. Nunca hicieron falta tantas palabras para oponerse a la violencia de ETA. Nunca las palabras adquirieron tanto protagonismo pese a que lo importante era el hecho de manifestarse contra los terroristas. Nunca habían surgido tantos recelos por una protesta después de un atentado. Nunca. Hasta ahora, cada vez que la banda asesinaba a una persona, las calles de toda España se llenaban de ciudadanos. No importaban la procedencia y los colores políticos. Los españoles inundaban el asfalto de las ciudades unidos frente a la barbarie criminal de los asesinos. Esta vez son dos los muertos pero aquella unidad ha quedado rota por el egoismo de los políticos, por su partidismo electoralista y por su falta de sentido común. Partido Popular y Partido Socialista están tan enfrentados entre sí que son incapaces de luchar juntos contra el terrorismo de ETA. Ambos han iniciado una guerra de manifestaciones en su empeño por demostrar quién tiene razón y ambos se equivocan, pues la verdad de sus argumentos no reside en el número de personas que secunden sus protestas callejeras. La guerra de manifestaciones comenzó con aquel "¡No a la guerra!" que Zapatero empuñó en la oposición. Luego le siguieron las cinco convocatorias contra la negociación con ETA que Rajoy ha secundado esta legislatura. Y prosigue ahora con una concentración en la que el PSOE ha hecho todo lo posible para dejar fuera al PP, y lo ha conseguido. Sin embargo, la excusa de Rajoy no se sostiene. Cuando dos personas acaban de ser asesinadas, poco debería importarle quién convoque la manifestación. Por principios, por solidaridad y por decencia, debería haber acudido. Aunque a él no le gustara la idea, muchos miembros de su partido y muchísimos de sus votantes así lo querían. Lo peor para Rajoy es que semejante error deja en cueros la actitud que ha mantenido hasta la fecha. Si quiere criticar al Gobierno, puede hacerlo en el Parlamento. Pero en la calle deberían estar todos juntos. Zapatero también debería aplicarse esta consigna, ya que la única estrategia a la que sabe recurrir para esconder su incapacidad como gobernante es aislar al PP y lanzar el mensaje que de la oposición tiene la culpa de todo. Así que tanto Rajoy como Zapatero, tanto Zapatero como Rajoy, deberían escuchar el grito de unidad contra el terrorismo que reclaman los españoles. Deberían hacer más caso a los mensajes acertados, ecuánimes y repletos de sentido común que recientemente les ha lanzado el rey Juan Carlos. Deberían acordarse de Carlos Alonso Palante y Diego Armando Estacio, las dos últimas víctimas de ETA. Deberían tener en cuenta que son más de 800 las personas asesinadas por la banda. Deberían recordar también, aunque fuese por partidismo, que entre tantos muertos hay socialistas como Fernando Buesa o Ernest Lluch y populares como Gregorio Ordóñez o Miguel Ángel Blanco. Por todos y cada uno de ellos, Zapatero y Rajoy deberían arrimar el hombro contra ETA. Juntos deberían manifestarse, como primer paso, y juntos deberían emprender el camino para detener y encarcelar a todos los terroristas. A estas alturas, Zapatero debería haber aprendido que el diálogo no sirve de nada y que la mejor manera de acabar con ellos es acorralarles con todos los instrumentos de la ley. Es una lástima que uno y otro parezcan más preocupados de sus intereses personales y partidistas que de acabar juntos con ETA. Juntos, así deberían estar. Por las víctimas y por todos los españoles deberían unirse, en lugar de comportarse como niños. Más por todos y menos "por mí el primero".

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito