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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Un buen año para Zapatero

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España30-07-2006

Se acercan las vacaciones y a buen seguro que la clase política ya ha comenzado a hacer balance del curso que termina. Aspectos en los que mejorar, puntos en los que hacer especial hincapié a la vuelta del verano, errores que detectar para intentar no volver a repetir… Pero dejando a un lado juicios éticos y morales en busca de ángeles y demonios, buenos o malos, si hay alguien que ha salido reforzado del último ejercicio, ese ha sido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Su popularidad no se ha disparado, sus leyes tampoco han despertado una ola de optimismo y esperanza entre la sociedad, España sigue sin ser un referente internacional, sin embargo, el líder del Ejecutivo ha conseguido salir airoso de un año que se presentaba especialmente complicado para él. Realmente ha superado a sus rivales a la hora de sacarle partido a su estrategia. Esa es la razón de su éxito. Quizá no haya sido el más coherente, pero si el más fiel a su estilo, y eso en política al final es lo único que cuenta. Zapatero inició el año con la difícil papeleta de sacar adelante su apuesta por la reforma de los estatutos y en especial el nuevo texto para Cataluña. Desde el Partido Popular se frotaban las manos ante lo que parecía una victoria segura. Tanto es así que focalizaron toda su oposición en este apartado. No obstante hoy, once meses después, el Estatuto catalán fue aprobado con más pena que gloria en su comunidad y aun así, los únicos que se han quedado en el camino han sido nombres tan molestos para Zapatero como Bono, Maragall o Carod Rovira. Además, el inicio de otros procesos de reforma -muchos de ellos en comunidades sin aspiraciones independentistas- han demostrado que se ha perdido el miedo a la palabra Estatuto. Al final, al PP no le ha quedado más remedio que subirse al carro en alguna región como Valencia o Baleares y resignarse a ver como se le agotan los argumentos para tumbar a este Gobierno que ha conseguido sobrevivir a la tormenta. Y mientras tanto, suma y sigue, ya ha pasado un año más. Justo el que ha perdido el PP que como todo aspirante juega a contrarreloj. Cuentan que el pesimismo se ha adueñado de los pasillos de Génova. Los populares no sólo siguen sin hacerse con la iniciativa sino que van a remolque de un Ejecutivo que aprovecha esa ventaja para poner obstáculos a su perseguidor. Cuando arreciaba el temporal estatuario, Zapatero vio como salía adelante el segundo pilar de su legislatura: “El principio del inicio del fin de ETA“. Una declaración de alto el fuego para terminar de completar un año redondo. No por esperada dejó de ser gratificante. El presidente lo vio claro desde el principio y no dudó en encargarle la negociación a su mejor hombre, Alfredo Pérez Rubalcaba. El mismo que le salvó de la quema con el Estatut. A la vuelta de las vacaciones, la legislatura entrará en su tramo definitivo y la distancia entre Gobierno y oposición es notable. Los socialistas le han cogido el ritmo y el pulso al mandato y se atreven con todo, desde una reforma estatuaria a una tregua con ETA. Mientras, Rajoy Zaplana y Acebes de nuevo han cometido el error de cavar la tumba antes de que muriese el herido. Lo mismo les sucedió antes del 14-M, también después. Aunque el tiempo juega cada vez más en su contra, deberían preocuparse por cambiar de estrategia, de lo contrario, serán ellos los que acaben desapareciendo.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio