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SECTOR VINÍCOLA

La CE propone suprimir 400.000 hectáreas de viñedo y ayudas al sector

Por Paula Escalada MedranoTiempo de lectura1 min
Economía24-06-2006

Rioja, Ribera del Duero, Albariño, Ribeiro… La Comisión Europea (CE) pretende atentar contra una de las esencias españolas por excelencia: el vino. Dicen que hay demasiado. Seguro que no se han pasado a la hora del aperitivo por algún típico bar de pueblo español. Habrá que regalarles unas cuantas botellas de buen Rioja a los comisarios para que lo piensen mejor…

“Reforma radical”. Así se ha denominado a lo que pretende hacer la Comisión Europea (CE) con la Organización Común de Mercado (OMC) del sector vinícola en Europa. A grandes rasgos, los planes de la CE son: eliminar de manera voluntaria y con compensaciones un total de 400.000 hectáreas de cultivo en el conjunto de la Unión Europea (UE) en cinco años, quitar todos los tipos de ayudas a la destilación y suprimir el sistema de derechos de plantación en 2013. ¿Por qué? Porque aseguran que quieren equilibrar la considerada “excesiva” oferta de vino que actualmente existe en la UE con la supuesta demanda real. Según la CE, lo que se pretende hacer es una “profunda reforma” con el objetivo de “aumentar la competitividad de los productores de vino, reforzar la oferta y la demanda y simplificar las normas”. Pero, al mismo tiempo, “presenvando las mejores tradiciones europeas en materia de elaboración de vino y reforzando el tejido social y medioambiental de muchas zonas rurales”. Todos estos datos aparecen en un documento que el colegio de comisarios de la CE aprobó sin discusión. A partir de aquí, el texto será sometido a consulta y examen por parte de los Estados miembros y del sector vinícola. Después, Bruselas presentará una propuesta legislativa en diciembre de 2006 o en enero de 2007. Una vez conocido este borrador de propuesta, las principales organizaciones agrarias ya han comenzado a expresar sus opiniones y la mayoría están en contra de la reforma. Así, aunque para COAG es necesaria una reforma, ésta tiene que “definir un nuevo modelo que corrija los problemas detectados, estableciendo una verdadera política vitivinícola que tenga como prioridad a los viticultores profesionales.

Fotografía de Paula Escalada Medrano