ROJO SOBRE GRIS
Que no os lean otros
Por Amalia Casado
2 min
Opinión30-01-2006
Dios es amor. Tres palabras que reflejan una realidad que ha cambiado el mundo y que sigue transformándolo cada día en millones de rincones. Dios es amor. Y Dios ama a cada uno de sus hijos como un enamorado, con la locura de un enamorado, con las extravagancias de un enamorado, apasionadamente. Dios es amor. A pesar de las vicisitudes, de los problemas y de las oscuridades; a pesar de las desgracias y de nuestros errores; a pesar de nuestra pequeñez y limitación, Benedicto XVI nos llena de esperanza: amar es posible y podemos amar verdaderamente porque Dios es amor y nos ha creado a su imagen y semejanza. “Vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo: a esto quisiera invitar con esta Encíclica”. Con su primera Encíclica y la Belleza arrebatadora que contiene, este Papa alemán y menudo –menudo alemán- vuelve a mostrarnos el camino seguro y cierto de la felicidad. Su palabra en la Encíclica es palabra de Papa, inspirada por el Espíritu, disipadora de las falsas interpretaciones que de su persona y talante se hicieron al elegirlo sucesor de Pedro. Su palabra es alumbradora de oscuridades, contundente, conmovedora, elevadora del espíritu, como una almohada en la que los anhelos de respuestas pueden descansar, emocionante y consoladora, arrebatadora y fascinante, una chispa que enciende la mecha del espíritu e incita a pedirle a Dios: “dame, Señor, esa experiencia de Amor y gáname la batalla de este encuentro” Porque eso es el cristianismo: no son ideas, no es una filosofía. “Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. “¡Que no os lean otros (con sus interpretaciones y falsificaciones) lo que podéis leer vosotros mismos!”, nos escribe un amigo en un mensaje de correo. Rojo sobre Gris al “sí” de un hombre, Ratzinger, que a punto de retirarse, accedió al plan de Dios trazado para Él, convirtiéndose en Benedicto XVI, el Papa del Amor.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo