SER UNIVERSITARIO
Patrón de los estudiantes
Por Álvaro Abellán
2 min
Opinión29-01-2006
Tomás de Aquino es quizá el mejor ejemplo de espíritu universitario. Fue un rebelde en el mejor sentido de la palabra: generosa y creativa lucha contra las imperfecciones de la vida. De noble familia, esperaban sus padres situarle bien socialmente, pero Tomás optó por la vida religiosa, y no por la de abad y obispo, sino por la de fraile, en una de esas nuevas y excéntricas órdenes llamadas “mendicantes”, formadas por pobres al modo de los primeros apóstoles. Era un hombre tímido y apenas sobresalía entre los estudiantes, pero cuando un joven y pretencioso hermano que llevaba largo rato explicándole una doctrina bastante confusa se lió más de la cuenta, el joven Tomás, armado hasta el momento de silenciosa paciencia, decidió corregirle y aportar una solución intelectual totalmente luminosa, sencilla y acertada. Desde entonces, su pasión por la verdad superó su timidez y, humildemente, abandonó la comodidad del silencio y dedicó su vida a iluminar la Verdad, y a dejar que la Verdad iluminara su vida. En la Europa cristiana, fue criticado por “importar” y dar carta de gran pensador al “pagano” Aristóteles, a quien Tomás no tenía ningún reparo en llamar, sin más apelativos, “el Filósofo”. Por si fuera poco, citó y consideró rivales intelectuales a pensadores judíos y musulmanes y rescataba las verdades vinieran de quien vinieran. Cuando desenmascaraba un error de otro, lo hacía con tal caridad que el agraviado quedaba restituido. No había realidad que no considerada digna de su estudio, y dedicó numerosas páginas a cuestiones que otros, supuestamente más “dignos” hubieran desechado por menores. Sus obras, o summas, son el mejor ejemplo de auténtico diálogo con el mundo, expresión de la verdadera universitas (integración de lo diverso), por su capacidad de conciliar y sintetizar a autores, épocas, ciencias y objetos de estudio muy diversos. Santo Tomás de Aquino, patrón de los estudiantes y de los universitarios, se celebra cada 28 de enero, aunque con muy poca notoriedad. Quizá porque hoy el modelo de universitario que encarna no interesa. Vean los consejos del santo a quien quiera formarse para ser alguien de provecho: “Sé tardo para hablar y para ir a distracciones”, “ama la pureza de conciencia”, “sé amable con todos”, “no te preocupes de lo que otros hagan”, “acepta la verdad, venga de quien venga, y consérvala en la memoria”, “no pretendas buscar lo que sea superior a tus fuerzas”... ¿Piensan lo mismo que yo? Esta lección se la perdió toda nuestra clase política. Sobre todo, les vendría bien a quienes pervierten el “diálogo” con una palabrería que es la antítesis del auténtico ejercicio universitario.