Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE DEPORTES

Desinformación y dependencia

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes05-02-2006

La consolidación de la prensa en un mercado libre hace que, en Estados Unidos, incluso periodistas de periódicos regionales puedan publicar artículos bien documentados, en los que se respetan las declaraciones de los protagonistas, con grandes entrecomillados, y existe una separación reconocible entre el planteamiento más acrítico de los enormes aparatos de comunicación que dirigen los gurús institucionales del deporte, como la NBA, que no ocultan sus principios pero ayudan en todo lo que piden a los periodistas. Cuando se compara con deportes, como el tenis, de rango individual y menos sujeto a intereses, existe que “no hay órdenes dictadas desde arriba, postulados ideológicos obligatorios ni mediatización de los contenidos informativos, como viene sucediendo en algunas empresas periodísticas, bajo el permanente riesgo, a menudo consumado, de verse secuestradas por el uso perverso del poder que hacen los grandes jerarcas de la construcción metidos en otro tipo de inversiones”. Así lo afirma Javier Martínez en su columna del Abierto de Australia en la edición digital de El Mundo –este comentario sería impensable en una televisión–, pero así es el modelo que se viene imponiendo en España Las empresas periodísticas no invierten en profesionales, sino que tiran hasta el abuso de becarios y contratos basura para hacer información que se vende, sin serlo, como rigurosa. No hay periodistas con recorrido, no se les enseña a manejar la documentación. Ni siquiera, con demasiada frecuencia, a cambiar ni una sola letra de la información de agencia, que tiene por definición otras prioridades informativas. Con muchos jóvenes que salen de las Facultades sin saber escribir, es una quimera –y un ejercicio de cinismo– que los códigos de autorregulación y las propuestas para educar a los periodistas prosperen. Un vistazo a cualquier periódico deportivo al uso, ya sea generalista o local, revela la tendencia partidista de la información. En lugar de seleccionar temas relevantes por criterios informativos, se trata de llenar páginas del equipo de turno para vender más, aunque no haya información relevante. Ni siquiera se hacen hueco de tapadillo corrientes de opinión críticas: muchos deportes viven en la marginación, mientras que se habla –a menudo sin respeto– de la vida privada de los futbolistas. Por no hablar de la escasez y partidismo de los columnistas. Martínez añade que “nada es nuevo. Se supone, sólo se supone, que a cambio de asumir las tesis oficiales, el siervo disfrutará de su cuota de información privilegiada. Con todos los condicionamientos que establecen los representantes, a menudo nuestros peores enemigos, el tenis es otra cosa”. Como ejemplo, añade: “[Josep] Perlas deja a [Guillermo] Coria y entrenará a [Juan Carlos] Ferrero junto a [Antonio Martínez] Cascales. Casi de inmediato, resulta sencillo establecer una larga conversación con los dos técnicos, en la que, lejos de atrincherarse en el tópico, argumentan sobre el nuevo proyecto. El periodista pregunta a quien quiere preguntar –no al hombre indicado por el jefe de prensa del club de fútbol ni al que conviene que salga en los papeles al presidente de la entidad, en su afán de cuadrar el precio de una rescisión o de un traspaso– y el preguntado casi siempre responde a lo que se le pregunta. Tan simple como infrecuente”. Mientras, seguiremos viendo cómo muchas instituciones restringen el acceso a la prensa y cómo de las declaraciones apenas se entrecomilla un par de palabras, nunca frases completas, porque no hay nada más que contar en esos discursos vacíos que son la norma y porque el periodista tiene pavor a afirmar como propias palabras que lo puedan comprometer. Sin servicio público, sin afán por contar la verdad.

Fotografía de Roberto J. Madrigal