EL REDCUADRO
Contra el tabaco sí se unen
Por Antonio Burgos3 min
Opinión01-01-2006
Los muy mamones. Esta noche cuando se apague el sonido de la última campanada se apagará el último cigarro. La Nochevieja será Nochenueva en la más estricta, radical, implacable y liberticida Ley Antitabaco. Ley apoyada para más inri por los dos grandes partidos, por los que suman 20 millones de votos, sin chantaje de ningún grupúsculo separatista. Esta noche, con las campanadas, el tararí del Parte de la Victoria contra el Tabaco: «Cautivos y derrotados los últimos fumadores, que les vayan dando». (Como los fumadores no se buscaron un Zerolo ni son gays, nadie respeta sus derechos.) No se me quita la perplejidad por el incomprensible comportamiento del PP y del PSOE contra el tabaco. No se ponen de acuerdo en luchar contra la ETA. Rompen el Pacto Antiterrorista. Derogan la Ley de Partidos Políticos. Cada uno por su lado ante los separatismos que amenazan la unidad de España. Ignoran a las víctimas del terrorismo. En ninguno de los grandes temas que preocupan a la gente se han puesto de acuerdo PP y PSOE desde que ZP llegó al poder por carambola y por 200 asesinados por el terrorismo. Se echan cientos de miles de personas a la calle pidiendo que no se negocie con la ETA; que no se haga una ley para las bodas homosexuales; que no se implante ese horror de la LOE; y el PSOE, como el que oye llover: no les echa cuenta. Cada partido por su lado en Sanidad, en política exterior, en Justicia, en todo lo importante. Pero, hijo, llega la Ley Antitabaco, y absoluta unanimidad entre las dos grandes máquinas de colocar paniaguados incompetentes. Ahí no arrinconan al PP como a un apestado, sino que el PSOE usa su voto contra los fumadores. Y los carajotes del PP, tragando, sin ponerse del lado de los perseguidos fumadores. ¡Qué maravilla si todo fuera Ley Antitabaco! España entonces funcionaría como soñamos. La solución, pues, parece que es nicotinizar España. Si en lo único que se ponen de acuerdo es en hacer la puñeta a los fumadores, pasemos los problemas de España por el estanco, que verá cómo acaban con ellos. Digamos, pues, que la ETA no es la ETA, sino el Winston. Verá usted cómo PP y PSOE, unidos, acaban de verdad con ella. Digamos que el separatismo catalán es rubio con filtro, verá usted lo que dura: bastará con decir que el Pacto del Tinell es el Pacto del Marlboro. Para defender a la familia, nada mejor que asegurar que las bodas gays son el Ducados. No dejarán una. Con la LOE se acaba y la derogan los dos partidos unidos en el instante en que digamos que es el Philips Morris. La política exterior de la peligrosa amistad con Fidel Castro, con Chavez, con el otro indiecito guaraní que acaba de ganar unas elecciones por allí, con el rey moro y con todos los sátrapas de mundo, se acaba de un plumazo en cuanto se diga que tales impresentables forman una caja de Farias. Y si seguimos así nicotinizando y haciendo de liadillo la Sanidad, la presión fiscal, la droga, la inmigración, la inseguridad ciudadana, el alcoholismo de los jóvenes, la inflación, los embotellamientos de entrada a las ciudades, los asuntos que de verdad preocupan a la gente, pues verá usted cómo PSOE y PP se ponen de acuerdo y acaban con todos los problemas inmediatamente. Bueno, y si decimos que el aborto es el Chesterfield, será la maravilla: no habrá 84.985 asesinatos anuales en la matanza de inocentes, como en 2004, con un incremento del 6,5%, que se dice pronto. Nada, nada: como aquí en España vivimos en el mejor de los mundos, no hay más problema que acabar con el tabaco. Nadie me quita de la cabeza que Franco no fumaba, mientras que el demócrata Churchill gastaba unos puros que temblaba el misterio. Ahora Franco sería política y sanitariamente correcto y Churchill, un peligroso social. Con los votos unidísimos del PP y del PSOE.
Seguir a @AbeInfanzon
Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor