TABACO
Cómo dejar de fumar
Por Elena R. Blázquez
3 min
Sociedad30-12-2005
Reducir el número de cigarrillos que se fuman al día es un buen comienzo para abandonar el tabaco. Seguir un tratamiento tanto físico (con fármacos) como psicológico ayuda a superar el síndrome de abstinencia. Queda lo más difícil: aguantar.
Con mucha fuerza de voluntad. Como esto es fácil decirlo pero no hacerlo, hay múltiples libros, páginas web, clínicas y métodos que ayudan a los fumadores a decidirse a dejarlo, a superar el síndrome de abstinencia y, sobre todo, a evitar las “recaídas”. Cuando una persona se plantea que, quizá, dejar de fumar es una buena idea, hay que animarle mostrándole los beneficios para su salud (o para su bolsillo), los efectos nocivos que produce su adicción en los fumadores pasivos de su entorno, y valorar su grado de dependencia de la nicotina. Si la cantidad de tabaco que consume es muy alta, primero debería reducir el número de cigarrillos que fuma al día, antes de dejarlo completamente. Una vez decidido a dejar de fumar, la persona puede seguir uno de los múltiples métodos que existen para superar la adicción. En la Asociación Española contra el Cáncer proponen un tratamiento doble que trata de superar la adicción tanto física como psicológica. En una primera entrevista se comprueba la fase en la que se encuentra el paciente: contemplación (piensa en dejarlo), preparación (lo quiere dejar dentro de un mes), acción (ya está intentando dejarlo), o mantenimiento (ya ha superado la abstinencia). Además, se decide la terapia que seguirá. Durante las primeras sesiones se reduce la cantidad de tabaco consumido. Para ello, se investigan las razones por las que fuma y por las que se quiere dejar el hábito. Se aprende a sustituir el cigarrillo por la función que éste cumple en la vida de la persona: una actividad manipulativa, una técnica de relajación, etc. El tratamiento psicológico se acompaña del farmacológico, para superar el síndrome de abstinencia. La terapia sustitutiva con nicotina se presenta en forma de chicle, comprimidos para chupar, parches, spray nasal, e inhalador de nicotina. El buipropión es un fármaco antidepresivo que disminuye el deseo de fumar, los síntomas derivados del síndrome de abstinencia y la tasa de recaídas en los fumadores crónicos. Las últimas sesiones del tratamiento son de control y seguimiento, para mantener la abstinencia una vez que ya se ha abandonado el hábito de fumar. Hay dos estrategias básicas que se pueden utilizar: la primera es incrementar el apoyo social y la segunda es entrenar al fumador en estrategias de prevención de la recaída. Las causas fundamentales de la recaída son tres: los estados emocionales negativos (ira, frustración, ansiedad, depresión, etc.), la presión social al consumo (invitaciones, tentarle, etc.) y los estados emocionales positivos en situaciones interpersonales (como, por ejemplo, en una fiesta donde lo está pasando muy bien). Para evitarlo se han desarrollado tratamientos específicos como son el entrenamiento en estrategias de afrontamiento, en solución de problemas, manejo del estrés y del afecto negativo, control del peso, etc. Asimismo, para reducir el tabaquismo entre la población, el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo(CNPT) ha desarrollado una acción de educación e información del público, de trabajo con los profesionales de la salud, de colaboración con las autoridades sanitarias, y de contacto con los representantes políticos de la población.