ANÁLISIS DE ECONOMÍA

¿De qué hablaremos?

Por Gema Diego1 min

Economía31-07-2005

La sequía, los refrescos, nuestro lugar de veraneo, las horas bajas en el trabajo, la canción del verano y el sol en el asfalto son nuestras máximas preocupaciones en agosto. En este mes los periódicos tienen menos páginas y la vida parece tomarse un respiro. ¿No hay noticias en agosto? ¿O quizás el calor no deja que nuestra cabeza trabaje rápido y hace que prefiramos temas de conversación más ligeros? Sin embargo, hay cuestiones latentes que están esperando que lleguen los primeros aires frescos para asaltar nuestras bocas. Por ejemplo, quién podrá faenar en aguas marroquíes a partir del próximo mes de marzo. La firma de un nuevo acuerdo de pesca entre el país magrebí y la UE abrirá las puertas para que 100 barcos españoles se beneficien de las aguas vecinas. Pero es que no han pedido la concesión de este privilegio sólo 100 pesqueros, sino casi 600. También habrá que esperar a que llegue el otoño para que el Gobierno, los sindicatos y la patronal retomen el diálogo social, y para que en el Congreso comience a hablarse de la Ley de Dependencia. Otros, entre tanto, nos preguntaremos cuánto tardaremos en salir de esos números que conforman esa tasa de paro que ahora está tan baja. Las que no cierran en verano son las bolsas. Eso sí, el volumen de negocios desciende, pero seguro que al Ibex 35, tan a gusto por encima de los 10.000, le va a dar igual. Los demás nos tomamos un respiro porque en septiembre queremos volver a tener mucha saliva, mucha tinta y mucha memoria en el ordenador para seguir hablando, seguir informando y seguir viviendo el periodismo desde esta ventanita al mundo que es La Semana. ¡Felices vacaciones!

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levante la manoRebajas de mayoMe ciegan las cenizasPancartas y viejas consignasQué difícilPréstamos y preguntasBatiburrillo de bolsilloLo nuclear y lo desconocidoEl efecto IVAOtra sinvergonzonería de la CEOEDe clases y sinvergüenzasEl ombligo de cada cualEl parado número 2.400.000¿Por qué pagaremos nosotros?Reforma urgenteEl INE también se equivocaPor fin, a la raíz del problemaEngañosas estadísticasTrabajadores de saldoA golpe de impuestoFuera del sillón de la CEOE yaDinero que vale menosXIX-XXIUn poco de acá y de alláLadrillo embotelladoCampo en crisis permanenteUniones y locomotorasSin la red del BCE; con la de BrownPalos de ciegoLa hora del recortePrimavera: algo más que polenRespiro y confusiónQué haría con tres millonesEl pozo sin fondo y el consumo asfixiado‘Tranquilo, majete’¿Tendremos más de lo mismo?Bolsas de plásticoLa obligación de ser impopularLa obligación de ser impopularCambiar para seguir adelanteEl subsidio bendito/malditoJuego hipócritaAdministraciones sin dineroOptimistas como obligaciónVivir por encima de las posibilidadesCuestión de monedasInmovilismo y miedoPromoción para el veranoFlores de almendroQuemando los últimos cartuchosGastar contra el paroUna cifra de otro tiempo¿Quién tendrá razón?La dignidad que nos quedaUna ‘ONU’ para la economíaLa primera, ¿y la última?Riesgos que vienen, riesgos que se asumePrecios justos en el súperDinero gratisDebajo de una baldosaEl paraíso del Tío GilitoNo a costa de derechos laborales¿Endeudarse es la solución?Peculiaridades de la crisis en EspañaEl fondo local: una buena ideaUno de cada seisEl afán por destruirLista de alegrías económicas para 2009El año de la incertidumbreRebajas antes del 7 de eneroBeneficios: ¿con cuánto conformarse?Ahorro prenavideño¿75 puntos?El destino del medio ruralUn primer pasoVentajas para el ahorro por poco tiempoAtisbando la recesiónDespidos y despidosHablar de economíaMedidas europeas para un problema mundia¿Dinero seguro en el banco?Tiempos difícilesDespués de 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