Osama Bin Laden, el mecenas del terrorismo internacional
Por Txema García2 min
Internacional16-09-2001
Osama Bin Laden se convirtió el pasado martes en la persona más odiada en Occidente. El terrorista internacional, de origen saudí, ya había hecho meritos a lo largo de las últimas décadas para ser considerado como el “enemigo público número uno” de EE.UU.
Hijo del magnate de la construcción Mohamed Bakr Bin Laden, Osama vino al mundo en la ciudad saudí de Jijddah en 1957. Su fervor religioso comenzó al observar las obras de reconstrucción de las antiguas mezquitas de Medina y de La Meca. Licenciado con matrícula de honor en Económicas por la Universidad Rey Abdul Asís, Bin Laden comenzó a relacionarse con grupos integristas radicales. Afganistán es una de las constantes en la vida del mecenas del terrorismo internacional. La guerra de Afganistán para expulsar a los soldados de la Unión Soviética fue su bautismo de fuego en la yihad. Gracias a su gran fortuna personal, que se calcula en más de 300 millones de dólares (328 millones de euros, unos 55.000 millones de pesetas), organizó una red internacional cuyo objetivo era reclutar a guerrilleros islámicos. El propio Laden llegó a combatir contra los soviéticos y a la salida del último tanque soviético de territorio afgano, Osama regresó a su país, Arabia Saudí. Bin Laden creó Al-Qaeda (La Base), una organización cuya meta es “la guerra santa islámica contra los judíos y los cruzados, en referencia a Israel y al Occidente de cultura cristiana”. La presencia de tropas estadounidenses en Arabia y su relación con la propia familia real saudí provocaron su salida del país y el refuerzo de su odio contra todo lo Occidental. Bin Laden comenzó su exilio en Sudán donde siguió apadrinando acciones terroristas. Las presiones estadounidenses provocaron su expulsión del país africano e hicieron que el círculo se cerrase definitivamente con la vuelta de Osama a Afganistán. Laden es sospechoso de haber patrocinado los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania el 7 de agosto de 1998, que se saldaron con 258 muertos y miles de heridos; la bomba que estalló en el World Trade Center en febrero de 1993; ataques contra las fuerzas estadounidenses desplegadas en Arabia Saudí y Somalia; o el ataque suicida de una barca contra el destructor estadounidense USS Cole en Yemen.