Las estafas y la desesperación se apoderan de Estados Unidos
Por Cristina Guerrero Gallardo1 min
Internacional15-09-2001
Las operaciones de rescate siguen todavía en pie a pesar de que casi no existen esperanzas. En Nueva York se han desplegado ocho equipos de búsqueda y rescate urbano, cada uno de ellos cuenta con 62 personas y dos perros.
Las labores de rescate están siendo muy costosas y complicadas debido al peligro de derrumbamiento que sufren los edificios cercanos. De momento, el balance de víctimas es un interrogante aunque el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, ha asegurado que el desastre es mayor de lo que EE.UU. puede soportar. Hasta el momento se han contabilizado unas 200 personas muertas en las torres gemelas y unas 4.000 desparecidas. La tragedia en el Pentágono también se ha cobrado la vida de dos centenares de personas y se encuentran desaparecidas otras 600. La CIA, agencia de inteligencia estadounidense, no quiere bajar la guardia pues ha señalado que no sería de extrañar nuevos ataques para intentar cambiar la política que va a tomar EE.UU. Las calles estadounidenses están sembradas de carteles en busca de los desaparecidos, de banderas... Éste, quizá, sea uno de los exponentes más característicos, el patriotismo exacerbado que crece por momentos. Tras los atentados la solidaridad de los estadounidenses ha despertado lo mejor de cada uno. La respuesta social ha sido espectacular y se tuvo que frenar la llegada de neoyorquinos a los hospitales para donar sangre por falta de infraestructura. Ocurre lo mismo con las labores de desescombro y recogida de cuerpos. Numerosos civiles afirman que seguirán ayudando aún cuando el alcalde decida terminar con la tarea. Pero entre tanta solidaridad hay quienes disfrutan con el dolor ajeno. Se han detectado numerosas estafas, gente que habla en nombre de ONG con el fin de recaudar fondos para las víctimas, también han sido muchos los falsos avisos bombas que han contribuido al mal funcionamiento de las instituciones.