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SIN ESPINAS

La familia sin familiares

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura3 min
Opinión05-12-2004

Los ciudadanos de este país y de esta parte del planeta estamos empezando a sufrir las consecuencias de tener una elite social, política, empresarial e intelectual mediocre. La herencia de Aznar ha sido la de Nerón. “Al pueblo pan -buena economía- y juegos -más fútbol y más telebasura”. Son las consecuencias que aventuraban Ortega y Gasset o Rafael Gambra sobre la preeminencia del hombre-masa en nuestra sociedad occidental. Patrick J. Buchanan en su “muerte de Occidente“ también expone con datos objetivos las razones de nuestra decadencia, que ya han dejado de ser opiniones para convertirse en realidades. Los datos cantan y ante eso ni la ideología más reacia a la existencia de la Verdad podrá esconder la cabeza como los avestruces. Además, tal como vamos y si no trabajamos duro, el error persistirá porque llegarán las políticas de los remedios y no las de los modelos. Expone Buchanan en su libro un dato desgarrador: el espectacular aumento del aborto en EEUU y en el resto de Occidente se produce en el momento de mayor auge económico en la historia. Recordemos que sólo en España, donde también gozamos del Estado del bienestar, se producen más de 75.000 abortos al año, según registra el Ministerio de Sanidad. ¿Donde queda esa excusa tan manida para acabar con la vida de un ser humano? Eso de que un niño sale muy caro y te puede destrozar la vida. Mejor acabar con la suya y así nos quitamos el problema ¿no? ¿Y antes qué? ¿Cómo es posible que en los años duros de pobreza y austeridad tras la guerra el resultado eran familias numerosas y la riqueza de nuestros días tienen como consecuencia que en España en tan sólo diez años se hayan duplicado el número de personas que viven solas. ¡Que contradicción tan escandalosamente realista! Los últimos datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística revelan, además, que los “hogares” unipersonales suponen casi tres millones, es decir, uno de cada cinco. Los datos sobre la familia media son menos alentadores todavía porque el número de miembros es de 2,9. Lo que quiere decir que la familia tipo en España es la de un padre, una madre y “casi un hijo”. Es decir, que o son sólo la pareja conyugal o si tienen hijos, no tienen más de uno. Pero lo triste es que los modelos familiares que predominan en España son los “hogares” unipersonales de los que hablamos. Más preocupante es la causa directa por la que han aumentado. En primer lugar, debido al incremento de personas solteras que viven solas; que en diez años ha pasado de casi 600.000 en 1991 a 1.200.000 en 2001. Se ha triplicado el numero de solteros entre 25 y 34 años que viven solos. El estudio revela además que son los hombres los que no se quieren unir a una mujer para compartir su vida. Así hay el doble de solteros que viven solos que solteras que también toman esta decisión. También hay otro dato preocupante: ha aumentado un 49,7 por ciento el número de mujeres mayores de 65 años que viven solas y ya alcanza 1.043.471. Un último dato que indica por qué proliferan los hogares unipersonales: las rupturas matrimoniales han aumentado en diez años desde los 82.000 hogares de separados o divorciados en 1991 a los 167.000 de hombres y 105.000 de mujeres que ya no viven juntos en 2001. Conclusión: se muere la sociedad española.

Fotografía de Javier de la Rosa