ANÁLISIS DE LA SEMANA
Morir por vivir o vivir por morir
Por Amalia Casado2 min
España05-12-2004
Cuando se estrenó Mar Adentro quisieron hacernos creer que suicidarse para defender la vida es más valeroso y valioso que vivir por ella. El 5 de diciembre se ha celebrado el Día Internacional del Voluntariado y, por esas fechas, la Fundación IUVE ha publicado un informe sobre el perfil de las ONGs y de su demanda de voluntariado. En él, se constata que la realidad es bien distinta al caso aislado de Sampedro: una de cada cuatro ONGs trabaja con discapacitados y casi tres de cada diez de las ofertas para hacer voluntariado que ofrecen las ONGs son para trabajar en el área de la discapacidad, física o psíquica. De estos datos se pueden sacar varias conclusiones escalofriantes. En primer lugar, que la sociedad considera que las personas con discapacidades son valiosas, a pesar de que puedan no ser útiles para determinadas cosas. Es decir: la sociedad valora a las personas por lo que son, y no por lo que puedan ser de útiles o no. En segundo lugar, que la discapacidad es una realidad atendida por el tercer sector porque el Estado no ha tomado aún la determinación de tomarse el suficiente interés por estas personas. Por tanto, antes de provocar interesadamente el debate sobre la eutanasia activa como una forma de defender el derecho a una muerte digna deberían esforzarse y poner los medios que están en sus manos para que la vida de un discapacitado pueda ser lo más digna posible a pesar de su discapacidad. Quizás esto sea más importante que la comparecencia de Aznar en la comisión de investigación del 11-M durante 11 horas, con los dos recesos para tomarse un café de cinco minutos; o que la rectificación a medias y tarde de Miguel Ángel Moratinos por haber acusado a la ligera al Gobierno Aznar de apoyar el golpe de Estado contra Chávez en Venezuela; o que los petardazos aterrorizadores de ETA al comienzo del Puente de la Inmaculada, que nos han devuelto de cualquier sueño imposible sobre el fin de la banda. Creo que sí. Es más importante en estos días que celebramos el aniversario de la Constitución española. Recordad que el valor de la vida que esta Constitución protege radica en que cada persona, única e irrepetible, vale por lo que es, y no por lo útil que es para la sociedad, por lo útil que se siente o por lo útil que la podamos hacer sentir.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo