LA RÉPLICA
Sexismo… ¡tiene pelotas!
Por Roberto J. Madrigal3 min
Deportes24-10-2004
Pone el Masters Series de Madrid –el quinto mejor torneo del mundo– a unas cuantas modelos de recogepelotas en los partidos televisados para mejorar el espectáculo y no tardan en salir las cantamañanas de turno hablando de sexismo. ¡Buena la han montado! Es una decisión discutible y Manolo Santana no es ningún santo varón, pero como no puede ser de otra manera, los políticos acaban metiendo la zarpa donde no deben. Para arreglar el disgusto de no albergar la final de la Copa Davis, los corrillos de todo el mundo no han hablado de otra cosa. Vaya publicidad para Madrid 2012: justo cuando el Gobierno ha aprobado un aval de más de 800 millones de euros para organizar los Juegos. Lo que más llama la atención es por qué la secretaria de Estado de Igualdad de Oportunidades, Maribel Montaño, no ha abierto la boca para denunciar situaciones que podrían ser tanto más sexistas, como las azafatas de los Grandes Premios de motos y de Fórmula 1, como las animadoras –o cheerleaders– de los partidos de baloncesto… Ejemplos sobran. ¿Qué pretenden estas bocazas, hundir el torneo? ¿Replantear todo el concepto de espectáculo en el deporte? El rumano Ion Tiriac, propietario de los derechos del torneo, ya ha anunciado que mantendrá a las modelos el año que viene. Por lo pronto, el impacto del patrocinador –al fin y al cabo es lo que cuenta– ha sido enorme y están encantados. Y bien que hacen. Para dar espectáculo a las aficionadas ya están los tenistas, que para eso lucen palmito, además de jugar. Por si acaso, los protagonistas han despachado el asunto con ironía –Andre Agassi: “sus faldas deberían ser más cortas”– o con más flema –Albert Costa: “sólo es espectáculo y no creo que sea sexista”–. Pues eso. Igualdad de oportunidades, por ejemplo, habrá cuando la capital recupere la presencia que perdió en el circuito WTA: desde que desapareció el Villa de Madrid, hace ya dos años, nadie en los despachos políticos ha alzado la voz para reclamarlo. Santana está trabajando para que el torneo tenga también un cuadro femenino, y a poder ser, que se dispute a la par que el torneo masculino. La anécdota demuestra por dónde va el despiste de unos políticos que se llenan la boca, pero no tienen sentido común para pisar el terreno de otros –el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, no ha dicho esta boca es mía– ni del ridículo. También, por desgracia, revela que lo único que quiere el feminismo trasnochado es llamar la atención, sin que le importen las consecuencias, en lugar de promover la dichosa igualdad de oportunidades. En vez de dar la nota, promuevan la igualdad para todos: mujeres, minusválidos, desempleados jóvenes y mayores de 45 años... ¿Acaso es poco? Para colmo, no han hablado –no interesaba– de que las modelos tienen un sueldo de entre 900 y 1.200 euros. Los habituales recogepelotas –chavales que pierden horas de clase y no cobran nada– reclaman igualdad de oportunidades con más motivo. Si no se puede tener a todos contentos en las semifinales y la final, mala suerte. Pero los políticos deben respetar las formas y a las personas: los responsables del torneo son los encargados de rectificar, si es necesario.