Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SIN CONCESIONES

El error del 11-M

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión24-10-2004

El 11-M fue obra del terrorismo islámico. Fue una respuesta a la guerra de Iraq. Fue la reacción a la política exterior de Aznar. Luego fue culpa de Aznar. Fue culpa del Partido Popular. Solución: votar al PSOE, votar a Zapatero. Así cambia el Gobierno. Cambian los aliados de España. Cambia la orden de luchar en Iraq. Luego concluye la amenaza terrorista. No habrá más atentados islámicos. Volverá la paz y la tranquilidad. Este es el razonamiento que hicimos millones de españoles el 13-M. Parecía tan evidente que muy pocos lo dudaron. Resultado: cambió el Gobierno, las tropas huyeron de Iraq y la amenaza islámica quedó en el olvido. Hasta ahora. La bomba de 500 kilos que Al Qaeda quería estallar en la Audiencia Nacional demuestra la falsedad de aquellos argumentos. España salió de Iraq hace meses, la credibilidad de Aznar está bajo mínimos y la amistad con EEUU es ahora enemistad. Los españoles erramos al discernir de modo tan simplista. La culpa no era de Aznar sino de los terroristas. Caer en aquella confusión resultó fácil. La demagogia empujaba a deducir en una dirección. El dolor, la incertidumbre, el miedo y hasta las lágrimas eran abono para nuestra ingenuidad. Algunos, aunque un poco tarde, hemos despertado. Un atentado semejante contra la Audiencia Nacional habría dejado el 11-M en un juego de niños. Los daños hubieran sido muchísimo peores. La verdad siempre triunfa con el tiempo. Lo peor de aquel razonamiento es la dicotomía al juzgar los terrorismos de ETA y Al Qaeda. A la banda vasca se responde con intolerencia mientras que al islamismo radical se le publicita con la difusión de vídeos, se atiende a sus reivindicaciones al regresar de Iraq e incluso se negocia para liberar rehenes. Parece mentira que un país como España tan azotado por el terrorismo distinga entre violentos. Los asesinos no merecen más respuesta que la ley y la cárcel. Así lo creen Baltasar Garzón y Juan del Olmo. Los terroristas son conscientes. Quizá por eso querían dinamitar la Audiencia Nacional. O, tal vez, sólo plasmaban su fanatismo. En cualquier caso, ellos son los únicos responsables de sus crímenes. Nadie volverá a engañarnos.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito