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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Zapatero condesciende con el terrorismo

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura3 min
España24-10-2004

Las cosas hay que decirlas claras, y demostrarlas con hechos. La afirmación “Zapatero condesciende con el terrorismo y los nacionalismos separatistas” es clara. Lejos de ser una hipótesis, es una conclusión a la que se llega por la razón y a partir de los siguientes hechos. (Cambiando radicalmente de tema: ¿Qué opinan ustedes de una televisión estatal supuestamente imparcial, al servicio de todos los ciudadanos y con la misión de reflejar lo que sucede en el mundo, que informa de unos disturbios ocasionados por menos de 30 anarquistas y no da noticia de una manifestación de miles de personas frente a la sede del PSOE en contra de su política contra la vida? Aunque usted apoye a este Gobierno, ¿no percibe un cierto tufillo a manipulación?) Prosigamos. El Gobierno de Zapatero va a eliminar del Código Penal los artículos que explicitaban la posición de firmeza contra aquellos que consientan o apoyen la financiación con fondos públicos de partidos ilegalizados (art.576 bis), o aprueben y hagan posible consultas populares ilegales (art.506 bis y 521 bis). Esta supresión supondría que: 1-Con el dinero que los ciudadanos pagamos en concepto de impuestos puede estarse financiando una bala o una bomba que asesine a un familiar, conocido o allegado, porque se suprime el artículo en el que se explicita que es delito que quienes tienen un cargo público faciliten la inversión de fondos públicos para financiar asociaciones o grupos ilegalizados por delitos de terrorismo –por ejemplo, todos los grupos del entorno de ETA que la banda terrorista crea para intentar engañar a la justicia y conseguir dinero para matar-. Recular en la firmeza contra el terrorismo es condescender con éste. De ahí la afirmación “Zapatero condesciende con el terrorismo” 2-Cuando Ibarretxe quiera llevar a cabo su plan separatista, si las Cortes no aprueban dicho plan, el lehendakari podría convocar un referéndum ilegal con penas más suaves que las especificadas en el artículo 506 bis para estos casos. Este asunto tiene un intríngulis muy sibilino, urdido con inteligencia y malicia: Zapatero podría “lavarse las manos” y votar en las Cortes en contra del Plan Ibarretxe . Quedaría bien delante de la opinión pública y de un electorado que no le perdonaría la abierta condescendencia con el separatismo vasco, pero antes habría dejado la puerta abierta a Ibarretxe para convocar un referéndum posterior, suavizando el delito que esto supondría. Ablandar la lucha contra la desintegración del Estado español es condescender con quienes contribuyen a la desintegración de esa unidad, de ahí la afirmación “Zapatero condesciende con el nacionalismo separatista”. Recordemos que la reforma de un Estatuto requiere la aprobación del Parlamento Autonómico y la posterior aprobación por parte de las Cortes Generales. Una vez ahí, sólo el Tribunal Constitucional puede revocar dicha aprobación por considerarla anticonstitucional. Éste es lo que sucedería con el proceso de reforma del Estatuto catalán, que obtendrá el apoyo del Partido Socialista en el Congreso y Senado. Pero no es el caso de los independentistas vascos. Estos no cuentan con el apoyo de las cortes generales, y han amenazado con celebrar un referéndum si las Cortes no aprueban el Plan Ibarretxe, como también amenazó en su día Maragall. Zapatero, en su debilidad moral y política, abre la puerta a la conducta antidemocrática de los nacionalismos. Zapatero es débil política y moralmente. Su débil mayoría necesita del apoyo de los nacionalismos. La reforma del Código Penal que el PSOE impondrá no produce impunidad real, pero sí conlleva una apariencia de impunidad, un mensaje de condescendencia con el nacionalismo y con quienes apoyan el terrorismo como medio para las reivindicaciones secesionistas. La supresión de los tres artículos lanza a los entornos terrorista y nacionalista el mensaje contrario al de la firmeza contra la violencia y el abuso de poder mostrado durante el Gobierno del PP que tan buenos frutos cosechó. Y eso es intolerable. La irresponsabilidad y blandura de este Gobierno son garantía del un futuro desolador al que los ciudadanos españoles deberían poner fin en las próximas elecciones generales. Esperemos que no sea tarde.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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