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SIN ESPINAS

Con esperanza

Fotografía
Por Javier de la RosaTiempo de lectura1 min
Opinión30-12-2002

La esperanza es imprescindible. Es necesaria, obligatoria. Tanto para hablar del hombre como de la humanidad. Y la humanidad no es George Bush, ni Bin Laden ni EEUU ni Al Qaeda. Ni Sadam ni Sharon ni Chavez ni los dueños del Prestige. La humanidad se compone de seres humanos, mientras que los inhumanos pertenecen a la inhumanidad. ¡Ah! Dirán algunos, son todos hombres como tú y como yo. Hijos de la condición humana, mortal, frágil, débil, imperfecta y perecedera. ¿Qué serías tú, hombre, en sus posiciones? Me gustaría alejarme de la filosofía de grandes almacenes que también se vende estos días en los artículos de opinión. Por eso, no me andaré por las ramas. La esperanza en el hombre sólo puede sostenerse en la creencia de que somos descendientes de un ser que nos supera y nos mantiene. Si no, el petardo atómico se me hace más cercano que cualquier otra cosa. Somos lentos, aprendemos poco y tropezamos una y otra vez con la misma piedra. ¿Para qué ha servido el 11 de septiembre? Adiós a la humanidad si no estuviera formada por hombres jóvenes y nuevos que sí habrán aprendido la lección. Esa que se pregunta ¿quien nos protegerá del hombre? Esa que se preocupe más por hacerse preguntas importantes que por encontrar respuestas para todo. Esa que florecerá algún día después de haberse roto la cabeza a golpes contra la pared del egoismo y la ambición, de los intereses viles y efímeros. Este año no le pido nada al que viene. Porque los años no dan nada. Trabajaré por y para el hombre que conforma la humanidad de este año y del que viene. Con esperanza.