Los rehenes surcoreanos que llevaban retenidos desde el 19 de julio por los talibanes fueron liberados el pasado martes. Muchas fuentes diplomáticas creen que el Gobierno de Seúl ha pagado un rescate por ellos mientras que Corea del Sur dice que sólo ha prometido la retirada de tropas de Afganistán y la prohibición de que más misioneros viajen al país.
Unos enfrentamientos entre las milicias rivales chiíes en Kerbala durante la semana pasada se saldaron con 51 muertos. Mientras, Nicolas Sarkozy exige “una perspectiva clara” de retirada de los soldados en el país, opinión totalmente contraria a la de Bush que pide más dinero al Congreso para continuar con la guerra.
La Policía italiana se movilizó la pasada semana en uno de los operativos más inmensos que se recuerdan para detener a un gran número de personas vinculadas con el crimen organizado, justo cuando se apunta a una inminente “guerra entre clanes”.