CUMBRE DE LA ONU
Occidente, mínimamente representado en la Conferencia contra el racismo
Por Javier Bragado1 min
Sociedad02-09-2001
La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas de Intolerancia comenzó el sábado de la semana pasada en Durban (Sudáfrica) con la intención de identificar medidas concretas y activas para erradicar el racismo. Éstas, se basan en la prevención, la protección y la educación, puesto que según el secretario general de la ONU, Kofi Anan, "nadie nace racista, sino que lo hace su entorno", por lo que la lucha "se librará, cómo no, en el campo de la educación".
La conferencia llega 18 años después de la anterior y con los precedentes de las cumbres de 1978 y 1983 en Ginebra, que resultaron fallidas. En ambas, los países árabes y casi todos los estados africanos de religión musulmana trataron de igualar sionismo y racismo. En esta ocasión Annan ha querido evitar estos inconvenientes y ha asegurado que "el holocausto no justifica la represión israelí". Durante su discurso de apertura, Annan reconoció que el pueblo judío "fue criminalizado en un momento de su historia, y eso no debe ser nunca olvidado", pero también ha añadido que es necesario "no repetir los errores del pasado" y "resolver el problema palestino". Varios representantes de los países más ricos del mundo, como el de Estados Unidos, no son del más alto escalafón, en tanto que otros altos mandos acuden a la conferencia, como el cubano Fidel Castro y el palestino Yasir Arafat. Tampoco han faltado organizaciones no gubernamentales, que aseguran que al menos 250 millones de personas son discriminadas en el mundo por el color de su piel y otros grupos de protesta, como las miles de personas que se manifestaron en el centro de Durban para reclamar la devolución de las tierras que los colonos europeos arrebataron a los nativos durante su llegada. De hecho, otros de los puntos que se han tratado en esta cumbre son los de la esclavitud y el colonialismo. Varios estados y organizaciones africanas han pedido compensaciones por haber sido impuesta la servidumbre en sus poblaciones. No obstante, Annan se ha decantado porque "los culpables piden perdón", en lugar de la solución económica.