Las reformas constitucionales y el modelo de Estado, un debate para 2006
Por Noelia Hernández Martín 1 min
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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha aprovechado sus vacaciones para enfriar las aguas de los debates sobre las reformas constitucionales y el modelo de Estado.
La ronda de contactos que Zapatero ha mantenido con los representantes de las Comunidades Autónomas ha reflejado las ansias reivindicativas de los presidentes autonómicos. Muchos han demandado una reforma del Estatuto de Autonomía, el derecho a veto en el Senado y, en definitiva, más competencias y poder respecto a la Administración central. Zapatero se tendrá que enfrentar sobre todo a dos comunidades problemáticas. Cataluña, gobernada por el también socialista Pasqual Maragall, y el País Vasco, con el comprometido Plan Soberanista del lehendakari, Juan José Ibarretxe. Lo cierto es que el PSOE no cuenta con mayoría en el Parlamento y necesita el apoyo de otros grupos, como ERC y PNV. Por ello, en sus respectivas reuniones con el representante del tripartito catalán y con el lehendakari quiso dejar la puerta abierta ante las reivindicaciones de los presidentes de Cataluña y el País Vasco. A las reivindicaciones autonómicas hay que añadir además las cuatro reformas de la Constitución que el presidente anunció a bombo y platillo cuando se convirtió en el nuevo inquilino de La Moncloa. La principal y más comprometida es la reforma de la Cámara alta, el propósito de hacer del Senado una verdadera cámara de representación territorial. En definitiva, más poder para las comunidades y un Estado más descentralizado. Ante el problemático debate que se aproximaba para el nuevo ejercicio, Zapatero ha aprovechado el verano para enfriar las aguas. Ya ha revelado, a través del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que estas reformas llevan un ritmo. Se abrirá el debate en noviembre, en la primera conferencia de presidentes autonómicos, pero no verán luz verde hasta dentro de dos años.