La Comunidad Internacional, en vilo ante la suerte de los secuestrados
Por Chema García2 min
Internacional05-09-2004
El mes de agosto en Iraq se caracterizó por las mismas constantes de los últimos meses. La atención de la Comunidad Internacional se centró en los atentados de la resistencia, pero sobre todo en los secuestros. Secuestros que para los insurgentes se han convertido en las últimas fechas en un potente instrumento propagandístico y de presión. El último episodio involucra a Christian Chesnot y Georges Malbrunot, dos periodistas franceses.
El primero trabaja para Radio France International, y el segundo escribe para Le Figaro y Ouest France. Ambos informadores fueron secuestrados hace casi 15 días en una carretera que conduce al sur del país. Sus captores, denominados Ejército Islámico en Iraq, exigían la derogación ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas públicas y que la semana pasada entró en vigor en Francia. Para que la suerte de los dos periodistas no fuese la misma que la de su colega italiano, Enzo Baldón, asesinado hace 15 días por este mismo grupo después de exigir a Roma que retirara sus tropas del país mesopotámico, la diplomacia francesa emprendió una campaña internacional para dar a conocer el contenido de dicha ley y para tratar de lograr la liberación de sus ciudadanos. Para muestra, un botón. Mohammed Bechari, miembro de la delegación del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) viajó a Bagdad para negociar la liberación. Por su parte, Michel Barnier, ministro de Asuntos Exteriores hizo lo propio a Egipto y a Jordania para movilizar a toda la diplomacia árabe, que ya ha pedido la liberación de los reporteros. En el mismo sentido se pronunciaron la Liga Árabe; el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat; la organización palestina Yihad Islámica; la Asociación de Clérigos musulmanes de Iraq; el Movimiento islamista marroquí Unificación y Reforma; y la cadena de televisión árabe Al Yazira, la Federación Internacional de Periodistas y la ONG Reporteros sin Fronteras. Al cierre de esta edición, las noticias eran esperanzadoras, pero confusas. Después de que el ultimátum anunciado por los terroristas expirase y la moral respecto a este asunto se convirtiese a lo largo de la semana en una montaña rusa de optimismo y desaliento. Lo cierto es que nada más se puede aventurar. Mucho menos, después de que 12 ciudadanos nepalíes fuesen ejecutados la semana pasada tras ser secuestrados el 20 de agosto. En el otro lado de la balanza, la liberación de tres indios, tres kenianos y un egipcio -en manos de un grupo radical iraquí desde el pasado 21 de julio- y un camionero turco según informó la cadena de información turca NTV. En cuanto a la violencia, al menos 17 personas murieron en Kirkuk (a unos 300 kilómetros al norte de Bagdad) al hacer explosión un coche bomba junto a una academia de policía de esa ciudad, informaron fuentes médicas. Finalmente, Ahmed Chalabi, ex miembro del disuelto Consejo de Gobierno y hombre de confianza del Pentágono antes de caer en desgracia, sobrevivió a un atentado perpetrado por un grupo de hombres armados que dispararon contra el convoy en el que se desplazaba.