FÓRMULA 1
Ferrari y Schumacher: el ‘idilio’ continúa
Por Roberto J. Madrigal3 min
Deportes29-08-2004
Roberto J. Madrigal.- Tras una temporada en la que el dominio de Ferrari y Michael Schumacher parecía en entredicho, el piloto alemán y el equipo del cavallino rampante han demostrado que tienen la llave del éxito… y también que les acompaña la fortuna. En una carrera plagada de abandonos, la fiabilidad de los bólidos rojos les permitió subir al podio en Bélgica y asegurar el séptimo título de campeón de Schumi.
Despegue en Benetton Michael Schumacher debutó en el Gran Premio de Bélgica de 1991 como sustituto del belga Bertrand Gachot en el equipo Jordan, pero inmediatamente fichó por Benetton, con el que consiguió puntuar en las tres carreras que pudo terminar. En 1992, bajo el dominio del británico Nigel Mansell –que consiguió nueve victorias–, Schumacher ya comenzó a mostrar su ambición, al lograr siete podios y su primera victoria, de nuevo en el G.P. de Bélgica. Fue tercero en el Mundial, con 53 puntos, por delante del brasileño Ayrton Senna. En 1993 fue cuarto en el Mundial, con 52 puntos; pero el alemán subió al podio en todas las carreras que consiguió terminar, incluida una nueva victoria en el Gran Premio de Portugal. El ciclón estalló en 1994. Schumacher abrió la temporada con cuatro victorias consecutivas –seis en las primeras siete carreras– y, a pesar de ser descalificado en los Grandes Premios de Gran Bretaña y Bélgica, consiguió un total de ocho triunfos y dos segundos puestos. Con 92 puntos, superó por uno al británico Damon Hill. El año siguiente, el germano sumó nueve victorias –más un segundo y un tercer puesto– y ganó el Mundial con su primera gran exhibición: 102 puntos, por los 69 de Hill. El paso a Ferrari Schumi fichó por Ferrari en 1996 junto con el francés Jean Todt, como director del equipo, y el británico Ross Brawn como director técnico. Aun así, consiguió vencer los G.P. de España, Bélgica e Italia y sumar otros cinco podios, pero el Mundial lo dominó el equipo Williams: Damon Hill y el canadiense Jacques Villeneuve precedieron a Schumacher, que consiguió 59 puntos. En 1997, el alemán perdió los papeles y fue descalificado del Mundial –tras haber ganado cinco carreras– por intentar sacar de la pista a Villeneuve en el G.P de Europa, disputado en Jerez. El canadiense sumó cuatro puntos y ganó el campeonato, con 81, por los 78 que había sumado el piloto de Ferrari. McLaren marcaría la pauta en las dos siguientes temporadas: Mika Hakkinen consiguió ocho victorias, por las cinco de Schumacher –que subió al podio en otras cinco ocasiones, para un total de 86 puntos–, y se proclamó campeón en 1998. El año siguiente fue quinto, con 44 puntos, tras sufrir un grave accidente en el G.P. de Gran Bretaña, en el que se fracturó una pierna y se perdió seis carreras. Para entonces el alemán había consegui do dos victorias y cuatro podios más. Hakkinen ganaría con 76 puntos, dos más que el irlandés Eddie Irvine, compañero de Schumi en Ferrari. Con Todt y Brawn, pentacampeón El hambre de triunfos de Schumacher explotó en 2000, el año en que llegó al Ferrari Rubens Barrichello: el alemán sumó nueve victorias –con un final de temporada pletórico en las últimas cuatro carreras–, tres podios más y 108 puntos, y doblegó a los McLaren de Hakkinen y David Coulthard, segundo y tercero. El dominio fue aún mayor en 2001: sólo dejó de subir al podio en tres carreras, ganó nueve y sumó 123 puntos, por los 65 de Coulthard, segundo. En 2002, el rodillo de Ferrari sólo dejó escapar dos victorias: once fueron para Schumacher y cuatro más –cedidas por el káiser– para Barrichello, que fueron primero y segundo del Mundial con 144 y 77 puntos, respectivamente. La temporada de 2003 pareció recobrar la igualdad, toda vez que el finlandés Kimi Raikkönen y el colombiano Juan Pablo Montoya llegaron a poner en aprietos a Schumacher, que sólo sumó seis victorias –para un total de 93 puntos– y dos podios más. Sin embargo, el cambio de puntuación, implantado por la FIA para dar más igualdad al campeonato, lo benefició, pues acabó siempre entre los ocho primeros. El trabajo de Ferrari por recuperar la hegemonía dio resultado esta temporada: el bólido F2004 ha sido muy superior –ayudado por unos neumáticos mejorados, los Bridgestone– y el resultado han sido 12 victorias, la última por ahora en el G.P. de Hungría, y un título a falta de cuatro carreras: sólo en Mónaco y en Bélgica no ha conseguido ganar Schumacher.