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EMPRESAS

La crisis obliga a Mitsubishi a despedir a 11.000 empleados

Por Raquel IbáñezTiempo de lectura2 min
Economía24-07-2004

Más del 38 por ciento de su plantilla estadounidense la calle. La cuarta mayor compañía de automóviles no puede hacer frente a la grave situación financiera por la que pasa. Por ello, Mitsubishi tendrá que recortar puestos de trabajo en todo el mundo, cerrar sus plantas en Japón y Australia y reducir la producción.

La compañía nipona ha empezado anunciando que recortará 1.200 puestos de trabajo de su planta estadounidense de Normal (Illinois). Esta cifra representa el 38 por ciento de trabajadores, pues en total hay 3.150. Además, los dos turnos de empleados que hay actualmente quedarán reducidos a uno en esas instalaciones. La empresa pasa por una crisis debida al declive de las ventas de autos, en la que también han influido las pérdidas de los últimos años debido a malos créditos y a las revisiones de miles de vehículos en los que se han detectado defectos. Según Rich Gilligan, presidente y jefe de operaciones de la división estadounidense de Mitsubishi Motor, ésta ha sido una decisión muy difícil, pero es necesaria para el éxito de la compañía a largo plazo. La supresión de los puestos de trabajo comenzará el próximo mes de octubre y, según la empresa, tiene por objeto adecuar la producción a sus ventas, que cayeron un 26 por ciento en el primer semestre del 2004. Pero esto no es nuevo: el grupo nipón anunció el pasado mes de mayo un plan de reestructuración a tres años que incluye una ampliación de capital por unos 3.300 millones de euros, la supresión de 7.600 empleos y el cierre de dos plantas, en Australia y en Japón. Aunque ahora se sabe que los desempleados ascenderán en todo el mundo a 11.000. El presidente de Mitsubishi Motors North America, Finbarr O’Neill, confía en que el ajuste permita a la compañía establecer fundamentos sólidos para lograr el crecimiento sostenido y la rentabilidad a largo plazo. Además, O’Neill ha recordado que la empresa ha eliminado el riesgo en la financiación de sus productos, después de que los impagos afectaran el pasado año a los resultados de Mitsubishi. Pero aún así “ha sido necesario acometer recortes de producción y de plantilla”.