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PROBLEMA DEL SAHARA

Zapatero cambia de postura y decide apoyar a Marruecos

Por Raúl Romero MartínTiempo de lectura1 min
España14-07-2004

La visita del presidente del Ejecutivo español ha querido dejar claro que se pretende mantener una posición equilibrada en las históricas diferencias entre los dos países del norte de África. Aunque España tradicionalmente ha sido más favorable a Argelia, los nuevos rumbos de ZP miran a Marruecos.

Con esta posición, la política exterior española se aproxima a las tesis francesas y norteamericanas, según las cuales "cualquier fracaso que afecte a la estabilidad de la monarquía alauí supone un gran riesgo para toda la zona, lo que es preciso evitar a toda costa". El presidente del Gobierno español informó al presidente argelino de que "España ha puesto el contador a cero respecto a la cuestión del Sahara". Hasta ahora se habían apoyado las tesis del Polisario y, por tanto, de Argelia. Pero, tras la renuncia presentada hace un mes por parte del enviado de las Naciones Unidas, James Baker, el Gobierno de Zapatero "ya no pone como condición la celebración del referéndum que estaba contenido en el plan Baker". Zapatero prefiere que el nuevo plan lo elabore la ONU, "sin condicionantes de ningún tipo, y aceptado por todas las partes, que son el pueblo saharaui, Marruecos, España, Francia, las Naciones Unidas y, si quiere, Argelia". Pero Rabat quiere negociar sobre el Sahara con Argel y no con el Polisario, mientras que la diplomacia argelina insiste en que quien tiene la palabra son los saharauis; y ahí esta el problema. Zapatero acudió a Argelia acompañado por una importante delegación empresarial. No en vano "España es el cuarto cliente y el quinto proveedor de Argelia". Los intereses comunes, entre ellos el gasoducto entre Orán y Almería, son muchos, y por esa razón el Gobierno español está interesado en "potenciar la inversión de la pequeña y mediana empresa española" en aquel país magrebí, que "está recuperándose de las heridas de una guerra civil que ha durado doce años". Nada, desde ahora, podrá empañar las buenas relaciones entre los dos países.