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FÓRMULA 1

Hakkinen, víctima del mal fario

Por María OvejeroTiempo de lectura2 min
Deportes29-04-2001

El circuito de Montmeló marcaba el fin de la pretemporada de muchos equipos. La autorización por parte de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) de los controles electrónicos de tracción y de los cambios automáticos, ya que existían y no se podían detectar, marcó el comienzo de una discusión sobre la importancia cada vez menor, para muchos, que tendrán los pilotos a partir de ahora en la Fórmula 1. El responsable de Jaguar, el ex campeón del Mundo Niki Lauda, llegó a decir que a partir de ahora "hasta un mono será capaz de pilotar" un monoplaza.

El control electrónico de tracción optimiza la potencia que envía el motor a las ruedas y evita los derrapes, mientras que el cambio automático evita que el piloto tenga que reducir al llegar a las curvas (casi todas ellas se pasan en segunda o tercera velocidad), y reduce automáticamente las marchas hasta llegar a la deseada. Sin embargo, como otros previeron, la carrera no plasmó grandes diferencias. Los equipos más poderosos pueden disponer de mejores controles de tracción, pero no evitar que en condiciones de piso deslizante, la destreza del piloto siga siendo fundamental. De nuevo Ferrari, McLaren y Williams fueron los dominadores. Aunque hubo muchos sustos: David Coulthard se quedó clavado en la salida, aunque pudo continuar y acabó en los puntos; Rubens Barrichello pinchó, rompió la suspensión de su Ferrari y tuvo que abandonar; mientras, Ralf Schumacher hizo un trompo y acabó en la tierra del circuito catalán. Susto también se llevó Pedro de la Rosa, que debutaba en casa y sólo pudo rodar cinco vueltas: un error del Jordan de Heinz Harald-Frentzen en una frenada hizo que éste se llevase por delante al piloto de Jaguar. Pero para susto, el de Mika Hakkinen: cuando se había hecho con el liderato, después de los repostajes, y tenía en el bolsillo la que sería su cuarta victoria consecutiva en el Gran Premio de España, el motor de su McLaren reventó a falta de tan sólo media vuelta para el final de la carrera. Michael Schumacher se encontró de rebote con la victoria, el colombiano de Williams Juan Pablo Montoya con la segunda plaza y el ex campeón del Mundo Jacques Villeneuve (de BAR) con un puesto en el podio. La fiesta fue completa para Ferrari, que pudo homenajear al ex piloto de la escudería en los años 80 Michele Alboreto, muerto en Alemania esta semana cuando se entrenaba con su Audi para preparar las 24 horas de Le Mans.