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SUBASTAS DE ARTE

Un cuadro de Schiele alcanza la cifra de 18 millones de euros

Por Eliane Hernández MontejoTiempo de lectura1 min
Cultura29-06-2003

Egon Schiele, pintor expresionista austriaco, no contó con una gran valoración hasta la década de los sesenta, cuando le dedicaron sucesivas antológicas en Nueva York, Viena y Londres. Desde entonces su cotización ha ido subiendo hasta alcanzar los 18.201.840 euros que se han pagado en una subasta de Sotheby´s por el lienzo Paisaje de Krumau.

El cuadro presenta un paisaje de la localidad de Krumau, en Bohemia, de donde era la madre de Schiele y fue pintado en 1916, dos años antes de que una gripe acabara con la vida del artista a la edad de 28 años. Wilhelm Hellmann, un fabricante textil, y su esposa Daisy, ambos judíos, compraron la obra al propio pintor del que eran amigos, una vez que éste lo hubo acabado. Después, en 1938, la Gestapo se apropió de la obra al irrumpir en casa de esta familia en el expolio nazi a los judíos previo a la Segunda Guerra Mundial, y no fue devuelta a sus dueños hasta el año pasado. De ahí la expectación alcanzada por esta subasta. “Es uno de sus grandes paisajes y es un récord del artista. Es raro ver en un subasta un cuadro de Schiele de esa calidad”, comentó una portavoz de Sotheby´s. Además, según asegura el diario The Times, el dinero conseguido en la subasta será repartido entre los herederos del pintor austriaco. Así, la obra se convierte también en la pintura vendida por un precio mayor a sus auténticos propietarios. La figura humana fue el principal motivo temático de Egon Schiele, y sus desnudos masculinos y femeninos tienen una cualidad francamente erótica a pesar de estar protagonizadas por formas solitarias y demacradas. Así, la pintura de paisajes es el apartado más lírico de la obra, a cuya temática volvió una y otra vez desde sus comienzos, mostrando una vertiente menos tensa, no tan corrosiva y a primera vista más convencional. La cualidad personal de sus inconexas pinceladas y sus manchas de fuerte color, le hicieron destacar como único entre los pintores expresionistas. Algo que también puede apreciarse en las casas de Krumau alineadas junto al río y agrupadas en un sutil juego de formas geométricas.