DESAFÍO AL ESTADO
El nacionalismo vasco insiste en proteger al entorno terrorista
Por La Semana2 min
España08-06-2003
Es indiscutible que el parlamento vasco no posee otra soberanía que la delegada por el Parlamento español. El nacionalismo vasco, en su política de ir consiguiendo la independencia del País Vasco por la vía de la confusión, la oscuridad, y los hechos consumados, se opone a que el brazo político de ETA en el Parlamento vasco sea disuelto, como ha ordenado el Tribunal Supremo.
Las consecuencias de la actuación de los nacionalistas vascos -PNV y EA- y del tercer socio de Gobierno, IU, abarcan desde el intento de desacreditar el sistema democrático español, acusando a la Justicia de dependencia del Gobierno- hasta el ir manipulando a la opinión pública generando confusión respecto a cuáles son las competencias y límites de órganos políticos e instituciones como el Parlamento vasco. Oponerse a la disolución de Sozialista Abertzaleak (SA), presente aún en el parlamento vasco a pesar de haber sido ilegalizada y a pesar de que el Tribunal Supremo ha dado orden expresa de disolverlo es un desafía al sistema democrático nunca vivido en España hasta ahora. Podría constituir un delito de desobediencia. El Tribunal Supremo dio un ultimatun al Parlamento vasco para que disolviera, desde el pasado miércoles en cinco días, a SA. Conscientes de cuáles son las reglas del juego democrático, los nacionalistas vascos han pretendido burlaras haciendo uso de ellas, al más puro estilo HB cuando, cambiando sus siglas, pretendía huir del peso de la justicia por un vacío legal que se solventó con la reforma de la ley de partidos. Así, el presidente del parlamento vasco, Juan María Atutxa, presentó a la Junta de portavoces del Parlamento vasco un documento en el que proponía la disolución de SA, apoyado por PNV, EA e IU. Una vez en la Junta de Portavoces, los mismos grupos parlamentarios se encargaron de que no saliera adelante, votando en contra de su ejecución. Atutxa ha declarado que se limitará a dar cuenta al TS del resultado del trámite. Pero intentando complicar más las cosas y confundir más a la opinión pública, Juan José Ibarretxe ha propuesto a José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero una puesta en contacto para resolver un “conflicto” que radica en su negación radical a obedecer una orden del Tribunal Supremo que no es consecuencia sino de la ilegalización del brazo político de ETA que el nacionalismo vasco nunca ha apoyado.