ROLAND GARROS
Dos campeones jóvenes y con futuro
Por Juan Diego Gómez
2 min
Deportes08-06-2003
Juan Carlos Ferrero y Justine Henin lograron el primer Grand Slam de sus carreras. Sus vidas han tenido muchos aspectos en común: una infancia que les hizo madurar antes de los normal y les ha forjado un espíritu de campeones.
La trayectoria de Juan Carlos Ferrero en el torneo de Roland Garros le hacía presagiar que algún día estaría en lo más alto, aquel lugar soñado que tan cerca tuvo hace un año, cuando perdió la final contra su amigo Albert Costa, o aquella otra semifinal que perdió contra el brasileño Kuerten en 2001. En todas sus participaciones, desde 2000, el de Onteniente ha alcanzado al menos las semifinales. Desde que saltó a la palestra en esto del del tenis, el valenciano ha cautivado a la afición con un juego alegre y rápido, aunque no por ello no exento de clase y de técnica. El joven jugador español fue el encargado de escribir la página más brillante del tenis español, a nivel colectivo. Su triunfo contra Lleyton Hewitt en el Palau Sant Jordi dio a España, en el cuarto partido, la primera y única Copa Davis. Son muchos los títulos que avalan a una de los deportistas más completos en el panorama español. Su familia ha sido muy importante desde sus inicios: Juan Carlos tuvo que superar la muerte de su madre a una edad muy dificil, de modo que el apoyo de su padres, sus hermanos y su entrenador han sido imprescindibles. Juan Carlos dedica siempre sus victorias a su madre con una mirada al cielo. Desde joven está dedicado en cuerpo y alma a su pasión: el tenis. Está claro que Ferrero, a sus 23 años, guarda todavía muchas alegrías para el deporte español. La vencedora del torneo de Roland Garros no entraba en los pronósticos para ganar la prueba, a pesar de su gran temporada y de haber jugado una final de Wimbledon en 2001, con tan solo 19 años. Henin parece, a primera vista, mucho más mayor de lo que realmente es. Nacida en la capital de Valonia, Lieja, tuvo una infancia muy dura. Su madre murió por un cáncer cuando ella tenía once años y vivió alejada de su padre por los malos tratos. Puede que esta infancia tan traumática sea el motivo que haya forjado una personalidad tan fuerte. La belga se ve arropada por el apoyo de su marido -también joven- y representante, Pierre-Yves Hardenne. Con tan sólo 21 años, el juego de Henin ha alcanzado una gran madurez, y junto a su compatriota Kim Clijsters -con la que ya ganó la Copa Federación de 2000- y las hermanas Williams, promete aún muchas tardes de buen tenis y de espectáculo.