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INTERNET

El Consejo de Europa defiende la libertad de expresión en la Red

Por Arantxa OruscoTiempo de lectura2 min
Comunicación08-06-2003

La aprobación de la Declaración sobre la libertad de comunicación en Internet ha sido el último y reciente acuerdo llegado por los 47 países del Consejo de Europa. La Declaración pretende regular la protección contra los menores, la inexistencia de restricciones y potenciar la autorregulación en la Red.

Los Estados miembros del Consejo de Europa, con la aprobación de la Declaración que garantiza la libertad de expresión en la Red, han adoptado una serie de principios claves para asegurar el equilibrio entre la libertad de expresión e información en la Red. Los 45 países que forman dicho órgano se muestran preocupados por los intentos de limitar el acceso público a la comunicación a través de Internet por “razones políticas u otros motivos contrarios a los principios democráticos”. Uno de los principios que contempla la Declaración aprobada es el hecho de que los Estados no podrán aplicar restricciones a los contenidos de Internet que vayan más lejos de las aplicadas por los medios. Por eso, los países miembros quieren que se fomente la autorregulación de los contenidos on line, aunque en ningún momento las autoridades podrán proceder a denegar accesos por medio de filtraje o bloqueo. Esta regulación, en lo que a la información de la Red se refiere, no afecta en ningún caso a que se puedan instalar filtros para la protección de los menores, algo esencial según el Convenio de Derechos Humanos. Si esto no se cumpliera, podrían ser retirados o bloqueados ciertos accesos a Internet declarados ilegales por las autoridades nacionales competentes. La Declaración sobre la libertad de comunicación en la Red establece también en uno de sus principios que los Estados deberán potenciar el acceso a la Red de forma “no discriminatoria y a un precio asequible”. Por otra parte, los Estados miembros consideran que no deben hacer responsables a los ISP por los contenidos cuando su función se limita transmitir información o a proveer acceso a la Red, pero sí cuando almacenen información que no actúen retirando o neutralizando el acceso a datos ilegales. Por último, el anonimato será respetado en Internet. Los Estados deberán respetar la voluntad de los usuarios que no quieran revelar su identidad, aunque se podrán llevar a cabo medidas para rastrear a responsables de posibles actos delictivos.