La Hoja de Ruta representa un acuerdo de mínimos entre Israel y Palestina
Por Salvador Martínez Más
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Internacional08-06-2003
La visión del actual presidente de EE.UU., George W. Bush, está poniendo los pilares de la Hoja de Ruta. Aun así, no cabe duda de que israelíes y palestinos deben ceder para construir la paz.
El Gobierno israelí, liderado por Ariel Sharon, se resquebraja al hacer “concesiones” que son inadmisibles para muchos de sus compatriotas. Un representante de éstos es el ministro de Turismo, Benny Elón, que dice de Sharon que “ha perdido el norte”. Esas declaraciones se pueden atribuir a toda la comunidad de aquellos israelíes que ocupan territorio palestino: los 250.000 colonos. Ellos son los grandes afectados por la aplicación de la primera fase de la hoja de ruta. Un documento que significa para los israelíes: .- El desmantelado de los asentamientos ilegales que ocupan territorio palestino desde marzo de 2001: más de 60. .- La aceptación de un Estado palestino cuyo tamaño no sea nunca mayor a Gaza y la mitad de Cisjordania. .- El fin de la política de asesinatos, que ha venido desarrollando el ejército israelí, a supuestos dirigentes de organizaciones radicales palestinas en territorio autónomo. Por su parte, el primer ministro palestino, Abu Mazen, tiene que: .- Trabajar para poner fin a la Intifada armada. .- Aceptar problemas conceptuales como es considerar que el principal problema para el proceso de paz es la corrupción de la Administración palestina y no la ocupación israelí. .- Ayudar a la normalización de las relaciones entre los países árabes e Israel. Al desarrollar estas labores, los líderes israelíes y palestinos pretenden, según determina la Hoja de Ruta, cumplir con las exigencias de la primera etapa del proceso de paz. Ese cumplimiento llevaría a las partes a la situación en la que se encontraban el 28 de septiembre de 2000. O sea, a las posturas territoriales y políticas anteriores a la segunda Intifada.