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BALONCESTO

Jordan, el adiós del ¬rey¬

Por Daniel AyllónTiempo de lectura2 min
Deportes16-04-2003

Desde su debú en la NBA, en 1984, Jordan ha disputado 15 campeonatos, en los que ha acaparado todo tipo de reconocimientos. Cuando empezó a jugar, de niño, su entrenador le dijo a su padre que se dedicase a otra cosa, que el baloncesto no era lo suyo. Benditas palabras: seis anillos de campeón de la NBA -con sus correspondientes galardones de jugador más valioso (MVP)-, dos oros olímpicos, diez temporadas como máximo anotador. Michael Jordan no sólo ha sido el mejor baloncestista de todos los tiempos, sino que no ha habido ningún deportista que le haya hecho sobra en alguna disciplina.

Michael Jordan, el segundo hombre más popular de la historia -después de Jesucristo-, se despidió definitivamente del baloncesto activo en un emotivo encuentro que enfrentó a su equipo, los Washington Wizards, contra los 76ers de Filadelfia. Su equipo perdió, pero fue lo de menos. Los más de 21.000 espectadores que abarrotaron el estadio pararon el encuentro con aplausos a falta de cinco segundos para el final, cuando su majestad, después de recibir una falta, acudió a la línea de tiros libres. La atronadora ovación de tres minutos y las lágrimas de MJ pusieron el broche a una carrera abarrotada de éxitos. Su entrada en el baloncesto profesional supuso la incorporación de un nuevo perfil de jugador: el todoterreno. Jordan, como la mayoría de los ídolos deportivos, ha sido el atacante por excelencia de su tiempo, pero el trabajo defensivo -seis temporadas incluido en el equipo defensivo ideal- y su imponente físico -campeón del concurso de mates, en 1987 y 1988- le han aupado como el jugador más completo de la historia. Además, su talante innato para hablar a las cámaras y su corrección, tanto dentro como fuera de las canchas, han hecho de él el mayor reclamo publicitario de todos los tiempos. Su carrera tuvo dos parones. En 1993 dejó el baloncesto para jugar al béisbol, uno de los deseos de su padre, que había fallecido. En 1999, después de besar el cielo con la mítica canasta que le dio su sexto anillo, con los Chicago Bulls, anunció su segunda retirada. En su última etapa, en Washington, Jordan empezó como accionista, pero a los pocos meses le pudo el afán de competir y se enfundó la elástica de los Wizards, con la que volvió a las canchas de la NBA. Ahora, con 40 años, problemas físicos en sus rodillas y con el regusto amargo de no conseguir jugar los playoff por el título, el rey dice adiós de forma irrevocable.