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HOMENAJE

La Academia de Bellas Artes rinde un homenaje póstumo a Jesús Aguirre

Por Eliane Hernández MontejoTiempo de lectura1 min
Cultura19-06-2001

La Academia de Bellas Artes celebró una misa y una sesión necrológica en memoria de Jesús Aguirre. Al acto asistieron su viuda, la duquesa de Alba, y cuatro de sus hijos, además de varios de sus amigos y compañeros de la Real Academia de Bellas Artes.

La misa fue oficiada por el catedrático y sacerdote jesuita Alfonso Rodríguez, quien resaltó que Jesús Aguirre "fue académico por méritos propios". Algo totalmente confirmado por los numerosos cargos ostentados por este académico, siempre presente, sobre todo antes de su boda con la duquesa de Alba, en el mundo cultural. Era graduado en Filosofía y Teología, ex director de la editorial Taurus y director general de Música del Ministerio de Cultura (septiembre 1977 - enero 1980). Además de contar con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Gran Cruz del Mérito Civil Alemán, es Primera Medalla de Oro Manuel de Falla, de Cádiz, y académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, académico de la Lengua y de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y presidente de la Fundación Casa de Alba. El académico Pedro Navascués leyó en su memoria el texto que Fernando Chueca Goitia había preparado para la ocasión. Este último había sido el encargado de contestar el discurso Una silla para dos Riberas con el que Jesús Aguirre hizo su ingreso en la Academia. Así se refirió a él como "una flota artística, que nunca olvidó su esencia de intelectual, a pesar de su condición de duque de Alba". Al acto también asistieron otros académicos como Rafael Manzano y Antonio Iglesias. Al tratarse de un acto público seguramente también lo harían muchos de los que hace tiempo escuchaban sus homilías, esas que siempre empezaban en latín. Los que se acercaban a él en los actos oficiales y los que le recuerdan por haber introducido en España a los filósofos de la Escuela de Francfort.