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EUROPA

La UE incorpora definitivamente a 10 nuevos países del Este

Por Ana Romero VicenteTiempo de lectura2 min
Economía20-04-2003

Ante la imponente Acrópolis de Atenas la semana pasada se ratificó la entrada de 10 países del Este en la Unión Europea. Un Tratado de Adhesión casi definitivo, que será, sin duda, un acontecimiento que pasará a la historia. Intereses económicos y políticos, motivos morales y quizás una deuda histórica han llevado a que los 15 actuales miembros de la UE hayan admitido esta nueva integración, la quinta desde su creación hace medio siglo. Ya entonces tenían un gran reto: una Gran Europa.

Esta nueva unión forma parte de un largo proceso en el que, progresivamente, se han ido incorporando otros países. Pero sí que es verdad que este Tratado de Adhesión a la UE de los países del Este ha sido la ampliación más arriesgada. Por su condición de países ex comunistas han tenido que romper muchas barreras y la más difícil ha sido la del cambio de mentalidad. Pero lo han logrado y ahora estos países, Polonia, Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Letonia, Estonia y las islas mediterráneas de Chipre y Malta gozarán, a partir del 1 de Mayo del 2004, de plenos Derechos en la UE. Hasta esa fecha sólo tendrán voz, pero no voto, en las reuniones que se efectúen entre los ya 25 miembros de la UE. Sin embargo, la ampliación de la UE va a cambiar mucho el panorama actual. Con el ingreso de estos diez países del Este, el Producto Interior Bruto medio de Europa descenderá considerablemente. Esto es así porque hay una gran diferencia de riqueza entre los antiguos miembros y los recién incorporados: incluso podría hablarse de países pobres en comparación con los grandes de la UE. Una de las preocupaciones inmediatas es la cuestión de los repartos de fondos presupuestarios, en concreto los agrícolas. Si no incrementan las arcas de la UE a este respecto, muchas regiones, de España especialmente, verán reducidas o eliminadas sus cuotas de ayudas económicas, que serán desviadas hacia los países del Este. Otro efecto negativo de esta ampliación es que muchas multinacionales, para reducir en gastos, la mano de obra es muy barata, trasladarán allí sus empresas. Esto produciría menos inversiones y altas tasas de desempleo en los quince países ya establecidos. Otro fuerte temor de éstos son las masivas corrientes migratorias que pueden llegar a producirse a propósito de la libre circulación de personas que implica pertenecer a la UE. Sin embargo, no todo es blanco o negro. La inmigración no tiene porqué ser negativa: contribuye a rejuvenecer muchos países de Europa. Por otra parte, los países del Este ofrecen muchas posibilidades, sobre todo de inversión. Los países occidentales tienen en ellos tanto una gran oportunidad de compra de empresas, que esperan su privatización, así como un amplio nuevo escenario de venta de sus propios productos. Los respectivos gobiernos de estos países deben, antes de finalizar el año, llevar a cabo un referéndum en sus países para conseguir la aprobación de sus ciudadanos. Todo apunta a que los resultados serán favorables a la integración a la UE, pero puede haber sorpresas.