CONFLICTO IRAQUÍ
Dos periodistas españoles mueren en Iraq
Por Cristina Fuertes2 min
Comunicación13-04-2003
Julio A. Parrado y José Couso no pudieron llegar a ver cómo las tropas americanas derrumbaban una estatua de Sadam Husein en el momento de la toma completa de Bagdad. Les fue imposible porque murieron mientras informaban sobre el conflicto en Iraq.
Hace tres semanas un tiroteo de soldados norteamericanos mató a Terry Lloyd, periodista británico considerado como un veterano reportero de guerra por a los múltiples conflictos que cubrió. Ese mismo día murió Paul Moran al estallar el coche el que se encontraba. A partir de este momento, las bajas entre los periodistas fueron aumentando. En total, ya son once periodistas muertos y dos desaparecidos los que se han cobrado la factura de una guerra. Entre ellos, se encuentran Julio A. Parrado y José Couso, quienes fallecieron mientras intentaban informar a la sociedad española sobre lo que ocurría en contienda. Julio, periodista de El Mundo, se encontraba al sur de la capital iraquí, a unos 15 kilómetros de Bagdad, con la Tercera división y junto a los 600 periodistas que el gobierno americano acreditó para informar desde la primera fila. A tan sólo pocos kilómetros de que el ejército anglo- americano tomara la capital de Iraq, Julio fue alcanzado por un misil iraquí provocándole la muerte en el acto. Cuando el mundo del periodismo estaba todavía conmocionado por la muerte del redactor de El Mundo, el cámara de Telecinco fue alcanzado por el disparo de un carro de combate americano cuando estaba filmando en su habitación del hotel Palestine. Horas más tarde murió en un hospital de Bagdad. Frente a los hechos ocurridos los familiares han pedido a la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, que emita una protesta diplomática al Gobierno de EE.UU., con el fin de que se pueda llegar a saber por qué no avisaron a los periodistas que se encontraban en el hotel Palestine de que éste era objetivo militar. El ejército americano justificó el disparo contra el Palestine argumentando que estaban contestando a un ataque de francotiradores apostados en el interior del hotel, aunque los periodistas que se alojaban en el Palestine aseguraron que no se habían producido disparos previos.