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CICLISMO

La París-Niza más emotiva

Por Javier TrinidadTiempo de lectura2 min
Deportes16-03-2003

Si por algo será recordada esta edición de la París-Niza, además de por el segundo triunfo consecutivo del kazajo, será por la trágica muerte de Andrei Kivilev, de 29 años. El kazajo, del equipo Cofidis, cayó en la tercera etapa y se fracturó la cabeza. Poco después, en coma, fallecía, ante el desasosiego de toda la comunidad ciclista.

De nuevo, como ocurrió con la muerte de Manuel Sanroma -en 1999- y de Fabio Casartelli -en el Tour de 1995-, se reabre el debate sobre la obligatoriedad de usar el casco entre los ciclistas profesionales, que se quejan de su incomodidad. La UCI ya intentó imponerlo hace una década, pero los ciclistas se plantaron y la normativa no salió adelante. En cuanto a la carrera, la París-Niza comenzó con la victoria del belga Nico Mattan (del Cofidis) en el prólogo; la primera etapa, de 191 kilómetros, se resolvió en un sprint cuya victoria correspondió al italiano Alessandro Petacchi, del Fassa Bortolo. El liderato era, por las bonificaciones, para el australiano Stuart O'Grady (del Crédit Agricole), pero lo perdió en la segunda etapa, en beneficio del italiano Davide Rebellin (del Gerolsteiner). La tercera etapa fue neutralizada, y en la siguiente, el pelotón no disputó la llegada, que encabezaron en bloque los corredores del equipo Cofidis: los premios, además, fueron para la familia de Andrei Kivilev. En la contrarreloj de Source Perrier, el triunfo se lo llevó el italiano Dario Frigo (del Fassa Bortolo), pero abandonó en la antepenúltima etapa y dejó en bandeja el liderato de Alexander Vinokourov, que se impuso en Mont Faron. La sexta y penúltima etapa se saldó con victoria española: Joaquín Rodríguez, del ONCE-Eroski, se impuso en una fuga de seis corredores, en la que David Latasa (del Kelme) fue segundo. La séptima etapa de la París-Niza se la adjudicó el corredor del Milaneza el español David Bernabéu, que precedió en la meta a dos de sus compañeros del Maia-Milaneza, el colombiano Iván Parra y el suizo Fabian Jeker. El kazajo AlexandreVinoukurov, del equipo Telekom, debía defender una ventaja de dos minutos desde el primer puesto de la general, por lo que el equipo alemán tuvo que estar atento a las tentativas de los corredores bien clasificados. Así, la única gran preocupación para el líder fue la ofensiva de los portuguesse del Milaneza: Bernabéu llegó a tener un minuto y 20 segundos de ventaja antes de afrontar el último puerto, a 15 kilómetros de la meta. Sin embargo, el equipo del líder supo reducir la ventaja del grupo de escapados y permitir a Vinoukurov llevarse su segunda París-Niza consecutiva. Así, en la general final, Vinoukurov aventajó en 43 segundos al veterano Mikel Zarrabeitia, del ONCE-Eroski, y en 53 al italiano Davide Rebellin, del Gerolsteiner, que poco pudieron hacer ante la exhibición de fuerza del líder.