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EMPRESAS

La OPA de Gas Natural sobre Iberdrola desata la guerra entre compañías

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía16-03-2003

Como si de una sorprendente partida de ajedrez se tratase, Gas Natural ha tratado de comerse a la reina de Iberdrola con un débil peón. Una extraordinaria maniobra de suicidio que ha provocado que Repsol YPF, BBVA y Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) se echaran las manos a la cabeza.

La propuesta de La Caixa, que controla el 31 por ciento de Gas Natural, ha indignado a Iberdrola, que considera que ésta “no refleja el valor real” de la compañía eléctrica. Gas Natural había planteado un canje de 340 euros y 29 acciones de Gas Natural por cada 50 de Iberdrola, es decir, teniendo en cuenta las fluctuaciones del mercado, unos 17 euros por cada acción de la eléctrica. Gas Natural pretende controlar, como mínimo, un 75 por ciento de Iberdrola, o el 51 por ciento si se produce un cambio en los estatutos. Actualmente, Iberdrola tiene un peso del 5,77 por ciento en el Ibex 35, con una capitalización bursátil de 12.820 millones de euros, mientras que Gas Natural representa el 2,13 por ciento del Ibex 35 y posee una capitalización de 7.885 millones de euros. La fusión entre las dos empresas daría como resultado la quinta compañía mundial por valor en bolsa, la cuarta en España (tras Telefónica y los grandes bancos) y la tercera energética de Europa, tras la italiana Enel y la alemana E.ON. Este nuevo gigante tendría su sede en Madrid, Bilbao y Barcelona, estaría controlado por Iberdrola en un 54 por ciento y por Gas Natural en un 46 por ciento, y contaría con 24,3 millones de clientes. Sin embargo, estas ansias de expansión no han sentado muy bien en el Ministerio de Economía, donde el secretario de Estado de Energía, José Folgado, ha declarado que, aunque no puede entrar “en las decisiones estratégicas empresariales”, tratará de evitar que salga adelante cualquier operación que dañe a los consumidores. En cuanto a los desacuerdos entre accionistas, la peor parte se la puede llevar el consejero delegado de Gas Natural, José Luis López de Silanes, único disidente dentro de Repsol YPF de la línea marcada por el BBVA, BBK y la propia petrolera. López de Silanes votó a favor de la OPA, al igual que los consejeros de La Caixa, y podría ser el primer peón en caer en la nueva guerra de reestructuración de Gas Natural.