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EE.UU.-IRAK

EE.UU. pisa el acelerador de los preparativos militares

Por Txema García FuenteTiempo de lectura2 min
Internacional09-03-2003

Las nuevas divisiones de combate desplegadas, cuentan con carros de combate Abrams, vehículos Bradley y una importante cantidad de helicópteros. El lunes pasado zarpó de San Diego el portaaviones Nimitz en dirección al Golfo, con lo que ya son seis los barcos de este tipo en la región como ya ocurriese durante la guerra de 1991. Además, los 19.000 soldados que componen la legendaria División Aérea 101 comenzaron a despegar el jueves pasado de su base con dirección a Kuwait.

En total, ya son más de 240.000 los militares norteamericanos que se encuentran en la zona o están rumbo a ella. Esta cifra se elevaría a 255.000 si se añaden los 15.000 efectivos que están en Afganistán y otros países de Asia Central, cuya participación no está prevista en la contienda en principio. Además, otros 20.000 hombres, que podrían ser reforzados con 48.000 soldados británicos, están listos para partir en Europa en caso de que su participación sea necesaria. En este sentido, según publicó la semana pasada el semanario The Sunday Telegraph, gracias a una filtración de una fuente cercana a un ministro británico, Estados Unidos y Reino Unido se preparan para comenzar la guerra contra Irak en el plazo de dos semanas después del voto del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre una segunda resolución, sea cual sea el resultado. Según fuentes del Pentágono, la operación se iniciaría con ataques simultáneos por aire y tierra, algo bastante inusual en este tipo de operaciones y en esta ocasión se combinaría el avance de tanques de la Guerra del Golfo en 1991 con la invasión relámpago de Panamá en 1989 y las bombardeos de precisión de la campaña de hace dos años en Afganistán. De hecho, la primera fase del plan ya está en marcha y tropas de Operaciones Especiales se encuentran ya en el norte de Irak, en la zona kurda. A esto se une la intensificación de los bombardeos aliados sobre las baterías antimisiles de la zona sur de exclusión aérea de Irak que se produjeron a lo largo de la semana pasada, en los que, según fuentes iraquíes, murieron tres civiles. Los aviones lanzaron, asimismo, millones de octavillas en las que se insta al Ejército de Sadam a no combatir contra las tropas aliadas. Solamente el rechazo por sorpresa del Parlamento turco a autorizar el despliegue de 62.000 soldados estadounidenses en su territorio ha forzado al Pentágono a reconsiderar sus planes de guerra con Irak ya que Washington se ha quedado, de momento sin la posibilidad de invadir el país por la zona norte, lo que hubiera creado un segundo frente para dividir a las tropas de Sadam y facilitado la marcha hacia Bagdad. Mientras tanto, la salida de Sadam del poder parece evidente, aunque quede por decidir la forma en la que lo hará, y, en este sentido, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, no descartó la semana pasada, en una entrevista publicada por el diario árabe Al Hayat, que el exilio del presidente iraquí sea todavía una “una opción” para evitar un ataque aliado contra Irak.