GUERRA EE.UU.-IRAK
Alemania, Francia y Rusia presentan una iniciativa pacífica
Por Vicente García Gandía2 min
Internacional02-03-2003
Francia y Alemania, con el apoyo incondicional ruso, presentaron la semana pasada una alternativa a la segunda resolución propuesta por Washington, Londres y Madrid. El objetivo fundamental para estos tres países es ampliar la misión de los inspectores en Irak ahora que empiezan a conseguirse los primeros resultados y que Sadam da muestras de lo que puede ser el inicio del polémico desarme.
En concreto, Schröder, Chirac y Putin abogan por conceder al grupo de trabajo de Blix otros cuatro meses en la zona para concluir las tareas de inspección. De la misma manera, en el documento propuesto al Consejo de Seguridad establecen cómo el jefe de los inspectores tendría que presentar informes cada tres semanas sobre el desarrollo de los trabajos y la cooperación del régimen iraquí y un informe “conjunto” al término de estos cuatro meses. El francés Villepin y el alemán Fischer coincidieron la semana pasada en que una segunda resolución es “innecesaria e inútil” porque “estamos en el tiempo de las inspecciones” y, sobre todo, porque la propuesta del eje Bush-Aznar-Blair “se inscribe claramente en el marco de la preparación de una intervención militar”. Villepin concretó que la propuesta franco-alemana y de Rusia no busca sino “fijar plazos concretos para cada programa de armamento, nuclear, químico, balístico y biológico” y “criterios para que los inspectores trabajen de manera más eficaz”. El ministro francés lanzó una pregunta rotunda a la Administración Bush: “¿Qué éxito mayor para Estados Unidos y para Bush que poder esperar que su Armada regrese habiendo alcanzado el objetivo marcado por la comunidad internacional, es decir el desarme de Irak, sin un tiro ni un muerto? ¿Qué mejor ejemplo de responsabilidad política?”. Eso sí, a diferencia de Alemania, Villepin anunció que “si los inspectores dijeran que no pueden trabajar, entonces se podrá hablar de una eventual segunda resolución y de todas las opciones, incluido el uso a la fuerza, aunque como último recurso”. China se unía a la propuesta de estos tres países al tiempo que desde Rusia, Igor Ivanov, el ministro de Relaciones Exteriores, adelantaba que “Rusia tiene un derecho de veto. Si fuera necesario, y a condición de así se preserve la paz y la estabiliad en el mundo, Rusia hará uso de su veto”. Al memorándum de Francia, Alemania y Rusia le sucedía un comunicado conjunto en el que los ministros de Asuntos Exteriores de China, Tang Jiaxuan, y de Rusia, Igor Ivanov, aseguraban que la “guerra en Irak puede y debe ser evitada” y abogaban por una salida a la crisis “a través de medios políticos y diplomáticos”, respetando “los deseos de paz de la mayoría de la comunidad internacional”. Al tiempo que Aznar y Chirac se reunían para constatar que la discrepancia está en los medios y no en el fin, es decir, en el desarme de Irak, el embajador de EE.UU. en París advertía de que la posición francesa “podría tener repercusiones a largo plazo”. Howard H. Leach explicaba en un artículo cómo “el régimen de Sadam ha escapado por todos las vías a sus responsabilidades (...) y ha seguido procurándose armas nucleares, biológicas y químicas, así como misiles balísticos capaces de lanzar dichas armas”. Y añadía que “la determinación de la comunidad internacional, o su indecisión, son seguidas de cerca por otros países que podrían estar tentados de comportarse como Estados al margen de la ley”.