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MACROECONOMÍA

El crecimiento de España en el 2002 se desacelera con respecto al año anterior

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía01-03-2003

Cuando se publican datos sobre la economía interna de un país, casi siempre se intentan comparar con los de otros y se termina sacando la conclusión de que mal de muchos, consuelo de tontos. Si bien es verdad que el incremento del Producto Interior Bruto (PIB) español en el 2002 casi ha triplicado la media europea, no lo es menos que este crecimiento económico se ha desacelerado en relación con el 2001.

La economía española creció un dos por ciento el año pasado, y un 2,1 por ciento en el último trimestre del 2002 con respecto al mismo período del 2001. Tanto el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como el de Economía, Rodrigo Rato, se han felicitado por este dato que, según el primero, es "fruto de la política presupuestaria que aplica el Gobierno". Montoro también ha resaltado el casi nulo déficit estatal registrado el año pasado, un 0,07 por ciento, debido en su mayoría a los gastos por el naufragio del Prestige. El aumento del PIB se ha asentado, principalmente, en el despegue de la oferta en los sectores de la construcción y los servicios, con subidas del 4,9 y del 2,2 por ciento, respectivamente. Sin embargo, la industria cayó un 0,5 por ciento, y la agricultura y la pesca redujeron su aportación en un 2,1 por ciento. El crecimiento en todos los sectores se ha tornado más lento que en el 2001: ha caído el ritmo de expansión de la demanda interna, del consumo privado y de la inversión. Esta desaceleración se ha paliado con un mayor gasto público. Tanto el Gobierno como el Fondo Monetario Internacional (FMI) auguran para la economía española días de vino y rosas en el 2003. El FMI ha pronosticado que el PIB crecerá un 2,4 por ciento en el 2003, aunque no se ha resistido a darle un tirón de orejas a España por su elevado número de parados y la excesiva inflación. Más críticas han sido las previsiones del Partido Socialista (PSOE), que considera que, en caso de guerra, la economía española tan sólo crecería un 1,5 por ciento, la inflación se dispararía hasta el 4,1 por ciento, el déficit público alcanzaría el dos por ciento y el desempleo se incrementaría en un 2,5 por ciento. Según el secretario de Política Económica del PSOE, Jordi Sevilla, el aumento del PIB en un dos por ciento en el 2002 se ha basado en una especulación inmobiliaria brutal que ha tirado hacia arriba del sector de la construcción.