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ARQUITECTURA

Moneo, de las criticas al reconocimiento

Por Eliane Hernández MontejoTiempo de lectura2 min
Cultura24-04-2001

Rafael Moneo (Tudela, Navarra, 1937) recogió el premio Mies van der Rohe, que reconocía al Kursaal como el mejor edificio europeo levantado en la Unión Europea en los dos últimos años. El arquitecto se mostró orgulloso de que el galardón estuviese destinado "a la obra acabada más que al autor".

El jurado del premio, presidido por Vittorio Magnago Lampugnani, destacó en el acta "la maestría en la resolución del Kursaal en relación con su emplazamiento único y la manera extraordinaria con que responde a su condición urbana y al paisaje que la rodea". Y esa era la intención de Moneo a la hora de proyectar el edificio. Según él, el edificio de San Sebastián "celebra lo muy respetuosa que ha sido siempre esta ciudad con su geografía. El Kursaal quiere integrarse en la naturaleza". El Kursaal se constituye en dos grandes cubos translúcidos( el auditorio y la sala de conferencias) deformados y orientados respecto al monte Urgull al oeste y al Ulía en el este. Los dos prismas adquieren todo el protagonismo, por su gran tamaño y porque están situados sobre una plataforma, que les proporciona mayor altura para poder disfrutar de las vistas al mar. Una característica de este edificio frente a otros auditorios es la continuidad en el interior de la sala, se puede acceder a cualquier punto del auditorio desde cualquier entrada, puesto que los dos cubos están conectados bajo tierra. El propio Moneo esperaba que el visitante descubra "que esos cubos abstractos y un tanto herméticos se convierten en espacios abiertos, generosos, fáciles". En cuanto a la fachada, los paneles cóncavos de vidrio surgen de la necesidad de dar respuesta al mar, la luz, conservar la integridad de los volúmenes aun entrando la luz en su interior, y dar una apariencia luminosa por la noche. El tratamiento que se hace de estas fachadas varía según nos encontremos en la cara hacia el mar, donde se mantienen los paneles brutos, o bien cara a la ciudad, donde la fachada se hace más abierta y transparente. Ahora Rafael Moneo se encuentra inmerso en el proyecto de ampliación del Museo del Prado. Que también ha levantado polémica, debido a que su "nuevo cubo" acogería en su interior el claustro de los Jerónimos, que tendría que ser desmontado piedra a piedra.