BALONMANO
España, a por su primera medalla
Por La Semana.es2 min
Deportes19-01-2003
España acude al Mundial de Portugal con la misión prioritaria de lograr la clasificación para los Juegos Olímpicos. Ello supone clasificarse entre los cinco primeros, pero la clasificación supone trabajar duro desde el comienzo para evitar tropiezos indeseados, sobre todo en la segunda fase y en los partidos decisivos.
Aunque el seleccionador español, César Argilés, y varios miembros de la expedición española afirman que aspiran a ganar el Mundial, lo cierto es que se trata de un ejercicio de autoconfianza. Por historial, España no está a la altura de Suecia, Francia, Rusia y Yugoslavia, aunque si logra completar un muy buen Mundial, podría optar a las medallas. Los rivales directos del combinado español son los equipos como Alemania, Croacia, Islandia y Eslovenia, de potencial similar e idénticos objetivos. Para ello, Argilés convoca a un equipo más experto que el que llevó hace dos años a Francia, en el que debutaban jugadores jóvenes. David Barrufet, mejor portero del último Mundial, y José Javier Hombrados ofrecen garantías y experirencia. La veteranía de Enric Masip, Mateo Garralda, Xavier O’Callaghan, Juancho Pérez y Iosu Olalla, con la creatividad de Talant Dujshebaev, quedan respaldadas con la capacidad de trabajo que aportan jugadores como Alberto Entrerríos, Antonio y Mariano Ortega, Fernando Hernández e Íker Romero. Las novedades en la convocatoria son el extremo derecho Juan García, del Ademar de León, y el pivote Carlos Prieto, del Balonmano Ciudad Real. A España le espera una primera fase no demasiado complicada, en la que se medirá a Túnez, Marruecos, Kuwait y Polonia, rivales con los que es peligroso confiarse, pero accesibles. El rival más complicado en la misión de obtener el primer puesto, y con él a los rivales más accesibles en la segunda fase, es Yugoslavia, un viejo conocido que a lo largo de los Mundiales ha dado más de un disgusto. En los últimos cinco días de competición, del 29 de enero al 2 de febrero, se juega el todo o la nada: es imprescindible ser primero de grupo en la segunda fase para poder optar a las medallas. Las semifinales servirán, por un lado, para dilucidar las medallas, y en las finales de consolación, para decidir la última plaza para Atenas y completar el cuadro de honor del Mundial, hasta el octavo puesto.