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SELECCIÓN ESPAÑOLA

España vence sin convencer

Por Javier TrinidadTiempo de lectura2 min
Deportes25-04-2001

Los seleccionados por Camacho dieron una pobre imagen en el estadio del Nuevo Arcángel de Córdoba, que habían llenado los aficionados con el objetivo de ver a la selección de antes de la Eurocopa de Francia, la que ilusionaba a todos los españoles por su fútbol directo y bonito que, además, conseguía excelentes resultados.

Vencer por un gol en el descuento a una selección como Japón no puede recibir otro calificativo que el de fiasco. Lo es por varias razones, pero la principal es que España, cuyo último partido se había saldado con una victoria contra Francia, sigue sin encontrar el nivel y el estilo de juego que toda selección aspirante a títulos debe tener. Los japoneses, dirigidos por el francés Philippe Troussier, juegan a lo que saben: correr y presionar, que de jugar al fútbol ya se encarga la estrella del equipo, el jugador del Roma Nakata. Por ese motivo la victoria, pírrica, ha dolido en los aficionados españoles, que necesitan victorias contundentes para volver a soñar con un triunfo en el mundial de Japón y Corea del año próximo. La nota más favorable del choque fueron los debutantes José Mari, del Milán, y del central del Alavés Téllez, que pueden aportar savia nueva a un conjunto que parece acomodado. El grupo que ha formado Camacho es aguerrido y de calidad, pero flaquea en varias demarcaciones que todavía no han sido cubiertas con garantías, de ahí las constantes novedades en cada convocatoria de Camacho. En la portería, Casillas parece haber perdido la titularidad a favor de Cañizares, cuya actuación en la Eurocopa tuvo bastante que ver con la eliminación del equipo. En el lateral izquierdo, Camacho ha probado a varios jugadores, como Juanfran y Romero, pero se ha decidido por el veterano Sergi, aunque ya no ofrece las garantías de antes. Otros puestos no están definidos, y varios jugadores se alternan con mayor o menor acierto, lo que crea dudas en el seleccionador y en los aficionados. Todas estas dudas hacen de la selección un equipo mediocre, con pocas perspectivas de hacer algo importante en el Mundial del 2002. Como siempre, la clasificación para las fases finales se prevé que se superará sin problemas, pero a la hora de la verdad España, cuando juegue un buen partido, caerá derrotada y deberá regresar a casa. Así pues, los venideros compromisos (en junio) contra Israel y Bosnia no parecen un obstáculo demasiado complicado para las aspiraciones de la selección, aunque España aún debe demostrar mucho en los momentos decisivos.