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COMPARECENCIA HISTÓRICA

El terrorismo y la Europa común, núcleo del discurso del Papa ante el Parlamento italiano

Por Carmen Rosa FernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad15-11-2002

Karol Wojtila habló por primera vez ante el Parlamento italiano, lo que supone la primera intervención de un pontífice ante la Cámara desde la instauración de la República en el país. El histórico discurso estuvo precedido por calurosos aplausos de bienvenida de diputados y senadores.

El Papa fue recibido por los presidentes de ambas Cámaras y saludó al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Unas 800 personas escucharon atentas las palabras del pontífice, con la excepción de un pequeño grupo de laicos y comunistas que se negaron a presenciar la comparecencia. La situación del terrorismo en la actualidad representó el grueso de un discurso en el que el Papa repasó la sangrienta situación del mundo, generada, en gran parte, por conflictos religiosos. El Papa aseguró que las religiones monoteístas, cristianismo, judaísmo e islámica, están siendo utilizadas en pro del más sangriento terrorismo y en su nombre se están llevando a cabo injusticias que no son propias de su base religiosa. Con respecto a la crisis en Irak, el pontífice abogó por una pronta resolución en la que la domine la paz y aconsejó a Italia y al resto de países que no se dejen arrastrar hacia un conflicto sin lógica ni posible solución. La situación el Tierra Santa fue una vez más objeto de las lamentaciones del octogenario Papa, que reiteró su llamamiento a la tranquilidad y a la supresión de las injusticias sociales en el mundo. La esperanza de paz es contestada, según Wojtila, con un agravamiento de estos conflictos sin fin en un mundo cada vez más interdependiente. Resaltó, a su vez, la necesidad de que la Europa unida base su futura Constitución en los pilares básicos del cristianismo de solidaridad y caridad, que eviten esta violencia sin sentido. La estabilidad de Europa pasa, según Juan Pablo II, por unos pilares éticos sólidos unidos al respeto y la conservación de las diversidades culturales de cada país miembro.