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IRAK

El ultimátum de la ONU a Irak no contempla el uso automático de la fuerza

Por Vicente García GandíaTiempo de lectura2 min
Internacional10-11-2002

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la semana pasada un discutido pero definitivo ultimátum a Irak para el desarme total de sus arsenales de armas de destrucción masiva.

Los 15 miembros han dado esta “última oportunidad para eliminar las armas” advirtiendo a Sadam de que una negativa al mandato tendrá “serias consecuencias” para el régimen iraquí. Mientras que Husein tachó de “diabólica” e “injusta” esta última decisión, el ministro iraquí de Comercio, Mohamed May Saleh, aseguró que “la resolución llevará a una agresión militar con la cobertura internacional que no tendrá ningún sentido, ya que Irak está libre de armas de destrucción masiva”. Las posibilidades de una guerra deberían disiparse en principio porque, como señaló el embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, John Negroponte, “esta resolución no contiene mecanismos ocultos respecto al uso de la fuerza”. En efecto, la resolución 1.441 no da una autorización a EE.UU. para recurrir a las armas e intervenir militarmente en Irak si Bagdad incumple el mandato. En este sentido, aunque según fuentes diplomáticas el lenguaje utilizado deja suficiente espacio a la interpretación como para que Washington estime que ha logrado su propósito, el ministro de Exteriores iraquí ha asegurado ya que la ONU ha “desbaratado” los planes de Bush. Para Jacques Chirac, “el uso de la fuerza sólo debe permitirse en caso de legítima defensa o por decisión de una autoridad internacional”. Mientras que ningún país del Consejo de Seguridad, incluido Siria, la única nación árabe miembro temporal en estos momentos, ha querido arriesgar sus relaciones con Washington por una guerra contra Husein, desde la Liga Árabe, reunida en sesión extraordinaria en su sede de El Cairo, se ha pedido a Irak que cumpla con la ONU para “no dar motivos” a EE.UU. para atacar su territorio. El ministro de Exteriores del país anfitrión, el egipcio Ahmed Maher, confió firmemente en una respuesta positiva de Sadam a la llamada de sus vecinos árabes, conscientes de que la clave para evitar una guerra la tiene ahora el Gobierno iraquí. A la espera de que Irak haga oficial su postura, presionado por las recomendaciones que le llegan desde El Cairo, Sadam sabe que tiene tan sólo siete días para aceptar la resolución y 30 para hacer público su programa de armas de destrucción masiva. En caso de aceptar la decisión de Naciones Unidas, el primer grupo de inspectores llegaría a Irak el 18 de noviembre.