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Infancia

El presente y futuro de los niños en la UE y en la OCDE

Por Javier Álvarez LagoTiempo de lectura3 min
Sociedad16-06-2017

Este informe evalúa, por lo tanto, la situación de la infancia en los países económicamente más desarrollados del mundo. Es por esta cuestión, por su mayor capacidad a la hora de actuar, por la que se han retocado los indicadores de cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (a los que los Estados están obligados a raíz de la adopción de la llamada Agenda 2030). Y es que lo que se pretende a través de estos es un desarrollo equitativo y sostenible en todo el mundo.

La tesis fundamental de este informe es que "las políticas que reducen las brechas en el bienestar material, la salud y la educación de los niños se traducirán en una reducción de las desigualdades en la vida adulta y contribuirán al bienestar de las generaciones futuras de niños", por lo que ayudar y proteger a la infancia es la mejor forma de alcanzar estos objetivos en el largo plazo. Para ello, siempre que se hagan adecuadamente, el elemento más útil son las políticas sociales, provengan de organismos nacionales o internacionales. Al tratar este informe la situación de los niños y niñas en los principales países "ricos" del mundo (incluyendo a aquellos que han llegado al lugar como migrantes o como refugiados), se centra en mayor medida en la equidad, es decir, en mantener lo ya conseguido y en ayudar a los que tienen más dificultades.

Y es que "los niños y niñas sanos y con estudios son más capaces de desarrollar su potencial y contribuir a la sociedad. En cambio, los problemas de desarrollo del niño suelen perdurar durante la edad adulta y los costos sociales que acarrean también pasan factura a la siguiente generación". Por ello, en el informe se observa como se está avanzando en estos 41 países de cara a conseguir los objetivos de desarrollo y sostenibilidad de la Agenda 2030. Así, mide la situación de la infancia, entre otras cuestiones, para con la pobreza y el hambre existentes en el país; el acceso a la salud, a la educación y al trabajo; la concienciación que tienen los más jóvenes con respecto a la igualdad de género y el cambio climático...

Los países mejor situados en estas cuestiones son, principalmente, los países del Norte de Europa, Alemania y Suiza, mientras que los peor situados en la lista elaborada son países como Rumanía o Chile. Sin embargo, tal y como destaca este informe, la mayor riqueza de un país no deriva necesariamente en la obtención de buenos resultados, sorprendiendo, por ejemplo, la malas puntaciones obtenidas por EE.UU. Asimismo, "ningún país obtiene buenos resultados en todos los indicadores ni registra tendencias positivas en todos los frentes". Por su parte, España se sitúa entre los mejores en lo referido a la sanidad (solo superada por Portugal e Islandia), mientras que aparece en la parte baja del ranking en lo que a reducción de la desigualdad y pobreza y creación de empleo se refiere.

En promedio para todos los países observados, "1 de cada 5 niños vive en situación de pobreza", mientras que 1 de cada 8 no podría permitirse una alimentación nutritiva y saludable, preocupando especialmente el problema de la obesidad. Como consecuencia de la crisis económica de 2008 y de las políticas de austeridad adoptadas posteriormente, en casi todos los paises ha aumentado la desigualdad entre las personas más pobres y el resto de la sociedad. El informe recalca, a estos efectos, que "si las tasas de pobreza infantil solo dependieran de la renta familiar extraída del mercado, serían mucho más altas en todos los casos".

Por otra parte, los resultados en educación (medidos por las puntuaciones obtenidas en el Informe PISA) han ido empeorando desde hace un par de años. Y es que "1 de cada 5 jóvenes de 15 años no adquiere el nivel básico de competencia". Asimismo, preocupa que en todas las encuestas realizadas sean más niñas que niños las que aseguran ayudar en las labores domesticas. A estos efectos, UNICEF recuerda que "los prejuicios transmitidos durante la infancia sobre los papeles asignados al género contribuyen a reproducir las desigualdades entre hombres y mujeres en la edad adulta". Y es que los niños del hoy son los adultos del futuro y, si no se actúa sobre ellos, si no se les ayuda a crecer con "normalidad", los problemas que sufren en la actualidad para desarrollarse libre y felizmente se verán acentuados en el futuro.