TERRORISMO
Un nuevo atentado en Kabul provoca 80 muertos y 320 heridos
Por Luis Artola4 min
Internacional31-05-2017
Kabul, capital de Afganistán, ha sido de nuevo objeto de un ataque mediante un vehículo bomba y en el que han muerto 80 civiles y han resultado heridas más de 300 personas. Uno de los lugares de mayor seguridad de la zona, en la que tienen la sede de sus respectivas embajadas los países como Alemania, India o Francia, ha resultado devastado y los diferentes portavoces han condenado el atentado que apunta a otro ataque terrorista del Estado Islámico. Sin embargo, hasta el momento, los talibán han negado su participación.
La ciudad de Kabul, capital de Afganistán, ha sufrido un nuevo atentado este miércoles en el que han resultado muertas 80 personas y más de 300 heridos. Éste ha tenido lugar en una zona de alta seguridad de la capital en la que conviven las embajadas de India, Francia y Alemania fruto de una explosión suicida. La dantesca imagen que da idea de la magnitud del atentado ha dejado una enorme cortina de humo que podía ser vista desde cualquier punto de la ciudad afganistana.
La zona diplomática, ubicada en una de las ubicaciones más protegidas, ha sido el núcleo principal del ataque perpetrado a través de un coche bomba, perteneciente a los conocidos VBIED que detentan en su interior abundante carga de explosivos. La detonación ha tenido lugar sobre las 8.30 horas (local) en la llamada plaza Zanbaq donde asimismo se hallan los Ministerios de Interior y Defensa cercanos a su vez al conocido barrio de Wazir Akbar Khan, punto de acceso de la denominada Zona Verde, núcleo de las embajadas estadounidense y británica.
Esto ha provocado que numerosas víctimas sean empleados de las diversas embajadas. Así, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, declaraba que varios trabajadores de la delegación alemana resultaban heridos y uno de los guardias de seguridad de la zona, fallecía como resultado de la bomba. Todo ello hacía indicar, como ha confirmado el portavoz de la policía afgana, Basir Mujahid, que la explosión ha tenido lugar muy cerca de dicha embajada.
A su vez, la sede diplomática francesa también ha resultado dañada. Así lo confirmaba la ministra de Asuntos europeos del país galo, Marielle de Sarnez, que ha explicado que, a pesar de no conocerse aún la posibilidad de heridos o fallecidos de su embajada, se han producido numerosos daños estructurales. Asimismo, varios informadores y corresponsables británicos en Afganistán han resultado heridos y uno de sus conductores afganos acompañantes ha fallecido en el atentado.
A pesar del trágico desenlace de la explosión, con 80 fallecidos y al menos 320 personas heridas, aún no se conoce el objetivo principal del ataque, según palabras de Ismail Kawasi, portavoz del ministerio de Salud Pública del país aunque ha aclarado que ya se ha iniciado una investigación para recoger los datos que esclarezcan el violento episodio. Además se espera que éste no sea el número definitivo de víctimas ya que es probable que aumente en las próximas horas dado el colapso que sufren los hospitales centrales de Kabul.
En la embajada de la India en Afganistán también se han producido diversos "daños estructurales" a tenor de lo informado por la ministra de Asuntos Exteriores india, Sushma Swaraj aunque no ha habido que lamentar víctimas humanas. Del mismo modo, la diplomacia china en la capital afgana así como la embajada iraní han resultado perjudicadas pero no se han producido daños personales.
El brutal atentado ha provocado reacciones inmediatas como la del portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Bahram Qassemi, quien ha condenado el ataque y ha mostrado la solidaridad de la República Islámica de Irán hacia el vecino país afgano. Quassemi ha querido ir más allá y ha responsabilidado de la extrema violencia surgida a algunos países donde emergen la mayor parte de los terroristas islámicos, como Pakistán y donde poseen zonas clave de organización de los atentados, como en la provincia de Baluchistán.
Asharaf Ghani, presidente de Afganistán ha declarado tras censurar el atentado, que "los terroristas siguen matando a civiles inocentes incluso durante el sagrado mes del Ramadán, un tiempo en que los musulmanes se dedican a las buenas obras y el rezo". Pakistán, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, también ha condenado el ataque sufrido por personas inocentes y ajenas a las reivindicaciones de los yihadistas.
Los hechos se producen a poco del inicio, el 6 de junio, de la conferencia de paz que tendrá lugar en Kabul y organizada por el presidente afgano. En ella participarán numerosos países que debatirán el por qué del aumento del terrorismo islámico y propondrán soluciones inmediatas a la debacle ejecutada por el yihadismo extremo. Algunas de las naciones incluidas en esta conferencia son, además de Afganistán, Estados Unidos, Pakistán, Arabia Saudí, India, Turquía así como países como Francia y Alemania, representantes de la Unión Europea.
Fuentes procedentes del Gobierno de Afganistán apuntaban inicialmente a que el grupo terrorista de los talibán podrían ser el principal ejecutor, sobre todo, tras las advertencias de éstos de continuar con la masacre "contra las fuerzas invasoras", es decir, la Coalición Internacional en su ofensiva de primavera y el mes de Ramadán. Sin embargo, a través de su portavoz, Zabiullah Mujahid, la banda ha negado estar detrás del ataque, ya que, según ha referido, "los guerrilleros talibán no llevan a cabo ataques en zonas donde no hay un objetivo claro".
De todas formas, no ha habido reivindicación por parte de ningún otro grupo. Recordemos, no obstante, que el Estado Islámico ha provocado recientemente numerosos atentados en dicha región afgana. El pasado 3 de mayo se atacaba un convoy de la OTAN de varios vehículos en el que morían ocho personas y hasta 28 resultaban heridas.