Reino Unido
Theresa May presenta su proyecto de futuro para Reino Unido
Por Javier Álvarez Lago2 min
Internacional18-05-2017
"Adelante, juntos" es el eslogan y título del manifiesto con el que el Partido Convervador se presenta a las elecciones anticipadas del 8 de junio. Presentado al público por la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, en él, entre otras medidas y propuestas, destaca un control más férreo de la inmigración y la aparición de un impuesto que desincentive la contratación de extranjeros por parte de las empresas.
El Brexit aparece en el discurso conservador como un deber de obligado cumplimiento contraído con el electorado de Reino Unido en el referéndum efectuado al efecto en junio de 2016, cuando, contra todos los pronósticos, Europa perdió la votación. Ante la obligación de realizar este paso tan trascendental para el futuro del país, May afirma que "nuestra prosperidad futura [...] depende de hacer las cosas bien en los próximos cinco años".
Para llevar a cabo esta tarea, además de postular a los tories como un Gobierno fuerte y estable, el manifiesto propone diversas actuaciones ante los que considera los cinco grandes desafíos a los que se enfrenta en la actualidad Reino Unido. Estos, por su parte, van desde el envejecimiento de la población y la rapidez del cambio tecnológico a problemas relacionados con la seguridad y las oportunidades de trabajo existentes en un país con una tasa de inmigrantes, a juicio del partido, demasiado elevada. Asimismo, el Gobierno que salga elegido en las próximas elecciones deberá hacer frente a las consecuencias económicas de la salida del bloque comunitario, otro de los retos fundamentales.
Las dos principales promesas del programa están relacionadas con la inmigración. Según informa El País, May (que en su etapa como ministra del Interior con Cámeron destacó por ser partidaria de duras políticas contra la inmigración ilegal y el terrorismo),se ha marcado el objetivo de reducir el saldo inmigratorio anual a menos de 100.000 personas, cuando en la actualidad se encuentra cerca de triplicar esa cifra. Se intentará conseguir esto, entre otras medidas, con la creación de un nuevo impuesto que desincentive la contratación de extranjeros por parte de las empresas.
Así, se obligará a pagar a las empresas residentes en el país 2.340 euros de forma anual por cada empleado no-comunitario que contrate, si bien no se descarta aplicar la medida a los nacionales de países miembros de la UE una vez que Reino Unido se haya separado definitivamente de su seno. Con este estilo de medidas, es posible que el Partido Conservador consiga atraeer cierto porcentaje de voto del partido euro-escéptico UKIP.
Y es que la primera ministra de Reino Unido, de postura similar a la defendida por el presidente de EEUU, Donald Trump, defiende que "la inmigración incontrolada tiene un impacto negativo en la gente, sobre todo en aquellos de rentas más bajas, al tirar hacia abajo de los salarios y desplazar directamente puestos de trabajo".
Otras medidas de este programa son, según Europa Press, la construcción de millón y medio de viviendas para antes de 2023 y la obligación de que las empresas que coticen en bolsa publiquen la diferencia entre el sueldo de sus directivos y trabajadores. Será el pueblo de Reino Unido, o no, quién dé vía libre a este proyecto de futuro.